La Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta ha llegado a la conclusión de que no se solicitó "como tal" autorización para disparar pelotas de goma y botes de humo durante el operativo desplegado en la playa ceutí de El Tarajal el pasado 6 de febrero, cuando 15 inmigrantes murieron intentando bordear a nado el espigón que separa en esta zona Ceuta de Marruecos.
Así se lo ha trasladado en un informe al juzgado numero 6 de la cuidad autónoma, que investiga la muerte de los cinco migrantes cuyos cuerpos fueron rescatados en aguas españolas. El documento, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge toda la información facilitada hasta la fecha por la Benemérita al juzgado, desde las declaraciones de los agentes implicados hasta el inventario del material antidisturbios que tenían.
Según concluye, "una vez practicadas las comparecencias de las distintas personas que participan en los hechos, no se obtiene la identidad que solicitó la autorización para la utilización de material antidisturbios, puesto que esta petición de autorización no se realizó como tal", dado que concurrieron una serie de "circunstancias" entre las que enuncia la vigencia de una Orden de Servicio que regula el uso de pelotas de goma y botes de humo.
No obstante, esa instrucción, que versa sobre Protección del Perímetro Fronterizo Hispano Marroquí y data de 2011, reconoce a los agentes del Centro de Operaciones Complejas (COC) de la Guardia Civil la competencia de "someter a autorización o en su caso autorizar el empleo de material antidisturbios". También establece que "en caso de necesidad de utilización de material antidisturbios se recabará previamente la autorización del COC de la Comandancia".
El informe explica que "desde que se inicia la actuación" el Capitán Jefe de la Compañía de Seguridad Ciudadana "hace acto de presencia" en la zona, "por lo que tiene conocimiento de las circunstancias en las que suceden los hechos", y que "los mismos agentes que actúan son conocedores del protocolo a seguir". El responsable del COC, Teniente Coronel, llegó a la zona después, a las 8.15 horas, cuando ya había cadáveres en el lado marroquí.
LOS GRS TENÍAN "INDICACIONES"
También argumenta que en la zona estaban los mandos del módulo de intervención rápida (MIR) del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de Sevilla que prestaban apoyo a la Comandancia de Ceuta en aquel momento y que "adoptan decisiones tanto sobre el despliegue como el uso del material". Así lo explicó el teniente del MIR al mismo juzgado y refrendaron en su declaración el sargento que trasladó sus indicaciones y al menos tres agentes que las recibieron.
"Tanto al personal que tenía desplegado en la playa como al Sargento jefe táctico del MIR le da las indicaciones por las que se deben seguir en el empleo del lanzamiento de medios. Las instrucciones eran que la finalidad del lanzamiento era la de canalizar a los nadadores hacia la orilla para facilitar la salida del agua (...) y que se asegurasen de que los impactos de las pelotas fuesen al agua, sin dañar a ninguna persona y manteniendo en lo posible cierta distancia de seguridad varios metros", declaró.
En este sentido, uno de los agentes que participaron en el operativo declaró que "bajo órdenes del Sargento Jefe del MIR se indicaba que realizaran fuego, del mismo modo que ordenó que los que no tuviesen bocacha (el adaptador para el disparo de medios antidisturbios) se dirigieran a la línea de costa".
EL CAPITÁN DA EJEMPLO
El mismo Capitán Jefe de la Compañía de Seguridad Ciudadana de Ceuta, presente en la zona desde que a las cinco de la mañana recibió aviso de que se aproximaba un grupo numeroso de inmigrantes, disparó pelotas de goma para dar ejemplo a los agentes. Según su declaración, cuando llegó al Tarajal observó que en el espigón ya se habían desplegado agentes tanto de su unidad como del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) --un retén trasladado desde Sevilla-- y escuchó "detonaciones".
Así que se dirigió al espigón y en la misma punta, pidió un fusil a un agente y disparó "tres pelotas al agua con el fin de canalizar a los inmigrantes sin que su intención fuese en momento alguno dañar a los mismos", y después, devolvió el arma, "entendiendo que los guardias civiles que allí estaban habían entendido la forma de usarlas".
"Fue un acto reflejo, para que vieran que su jefe se implicaba como ellos en intentar evitar el paso de la frontera", declaró al juzgado. Según hizo constar en su exposición, "a su llegada ya se estaban produciendo disparos sobre el agua".