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Aduriz premia al final el continuo asedio del Athletic

Este ajustado, pero merecido, triunfo le da aire en la tabla a un Athletic de Ernesto Valverde que gana dos posiciones en la clasificación, una de ellas a costa del propio Rayo

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Un gol de Aritz Aduriz en el tramo final del encuentro, el decimosexto que marca el ariete internacional en lo que va de temporada, su noveno en Liga, ha premiado el continuo asedio del Athletic Club sobre la meta del Rayo Vallecano y ha dado una victoria liguera en San Mamés que su equipo que llevaba esperando desde finales de noviembre del pasado 2014.

Aduriz remató con una tranquilidad y clarividencia propia de un futbolista que se crece en el área rival una jugada de Mikel Balenziaga por la línea de fondo ya cuando parecía que el ingente esfuerzo del conjunto rojiblanco, manifiestamente superior a un rival que apenas si inquietó la meta local en contadas ocasiones.

Este ajustado, pero merecido, triunfo le da aire en la tabla a un Athletic de Ernesto Valverde que gana dos posiciones en la clasificación, una de ellas a costa del propio Rayo, al que supera en un punto, y, como mínimo, seguirá a cinco puntos del descenso cuando se complete la jornada.

No ha sido el día de los de Paco Jémez, que han sido arrollados casi de principio a fin y no han podido ni aprovechar que los errores más graves cometidos por el trío arbitral claramente le han beneficiado.

Arrancó el partido con ritmo y dos ocasiones de un Athletic desmelenado, la segunda muy clara de Unai López. El joven centrocampista remató fuera de manera casi incomprensible un centro de Aduriz, tras una gran jugada individual, que le había dejado solo en el punto de penalti.

Anteriormente, el propio Aduriz había cabeceado a las manos de Toño un centro de Muniain.

Respondió el Rayo con dos acciones de Kakuta, la primera una cabalgada junto a la línea de banda que terminó con un centro peligroso y la segunda un golpe franco directo que Iraizoz despejó a saque de esquina.

Otro golpe franco de Bueno, que lanzó alto el madrileño, dio paso a una fase de acoso del Athletic, que a punto estuvo de nuevo de marcar en un cabezazo de Laporte, tras centro de Susaeta a balón parado, que Toño repelió cuando todo San Mamés esperaba el 1-0.

No logró el central francés y tampoco lo hicieron ni Aduriz, que no llegó por poco a un gran pase de Unai López, ni Susaeta, al que apuró el meta alicantino en su incorporación al área por el flanco derecho.

Un despeje de Etxeita casi bajo palos tras un balón colgado por Licá después de superar a Iraizoz supuso un respiro para el Rayo antes de que Iraola se encontrase un rival al borde del área en un buen disparo lejano a pase de De Marcos, que había sustituido a Unai López pasada la media hora.

Toño tuvo que ser atendido durante dos minutos finalizando la primera mitad por unos problemas musculares que le impidieron volver al campo tras el descanso.

Y antes de ese primer paso por vestuarios, dos ocasiones de Rico amenazaron de nuevo con adelantar al Athletic. Pero el de Arrigorriaga no pudo conectar bien primero un cabezazo a centro de Susaeta y después le pitaron un inexistente fuera de juego en acción en la frontal que terminó con una 'picadita' por encima de Toño que acabó alojada en la red.

Esa acción, no obstante, fue menos pitada y más complicada de ver por la afición de San Mamés que una clara mano de Nacho, estando ya amonestado el lateral madrileño. Jémez vio peligrar la continuidad de Nacho durante toda la segunda mitad y le sustituyó tras el descanso.

La segunda parte continuó en la misma dinámica, aunque con un mayor asedio todavía del Athletic sobre el área visitante. Sobre todo en jugadas a balón parado botadas por Susaeta y en las que percutían continuamente, aunque sin éxito, Aduriz, San José, Laporte y Etxeita. En una de ellas, la grada pidió penalti sobre San José.

Valverde oxigenó su equipo, castigado por el partido europeo del jueves, y echó mano del prometedor Williams, que también tuvo sus opciones. En la primera se le interpuso Cristian Álvarez, que salió tras el descanso, y la segunda se le fue muy cruzada.

Parecía que el 0-0 era inamovible cuando apareció Aduriz -¡quien si no¡-, que tiró de calma y clarividencia para sacar partido de una embarullada jugada provocada por una incorporación de Balenziaga, que fue quien el pasó el balón, por la banda izquierda.

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