Fuentes de la Policía Local comunicaron que el siniestro, que afortunadamente no produjo heridos, fue ocasionado por una bajada en el nivel de azúcar del conductor que le provocó un desmayo.
En el momento de sufrir el accidente, el conductor del Saab 900 iba acompañado por su hijo de menos de un año de edad, que resultó ileso. Las fuentes consultadas explicaron que el hecho de que el menor fuese adecuadamente atado a la silla reglamentaria para niños evitó que pudiese lastimarse.
Incluso agregaron que el niño, quien no podía ser consciente de lo que ocurría, ni siquiera lloraba y estaba tranquilo, “riéndose y con ganas de jugar”.
El padre, que recuperó el conocimiento momentos después, fue conducido inmediatamente al Hospital Punta de Europa, no por las heridas causadas por el golpe, sino para ser tratado de la bajada de azúcar que lo ocasionó.
El coche, dañado únicamente en el parachoques y la placa de la matrícula, quedó estacionado en la esquina de la avenida Doctor Pérez Rodríguez y no fue necesario retirarlo con la grúa.