La Fiscalía de Granada ha solicitado la pena de cinco años de prisión para un hombre acusado de realizar diversas operaciones fraudulentas con tarjetas de crédito que habían sido clonadas o robadas por valor de 102.000 euros, cantidad que posteriormente retiró del banco y se apropió.
Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, el acusado solicitó en marzo de 2013 a una entidad bancaria la instalación de un terminal para el cobro de ventas con tarjeta (TPV) para realizar operaciones propias de su negocio de construcción, el cual luego se ha descubierto que no tenía actividad alguna en esa fecha.
Con este terminal, el acusado realizó diversas operaciones con tarjetas de crédito que pertenecían supuestamente a ciudadanos extranjeros, los cuales no habían estado nunca en España, de modo que las tarjetas habían sido robadas o clonadas.
Pese a ser consciente de estos hechos, el acusado, con el propósito de lucrarse tanto él como los responsables del robo o clonación de las tarjetas, las pasó por su TPV durante dos meses simulando operaciones que no respondían a la realidad, llegando incluso a imitar la firma de los titulares en las boletas emitidas por estas operaciones.
El acusado ingresó por este método 102.000 euros que después retiró y se apropió, según el relato del fiscal, que considera que estos hechos son constitutivos de un delito de falsificación de tarjeta de crédito en relación con un delito de estafa.
Además de los cinco años de cárcel, el fiscal solicita la imposición de una muleta de 4.320 euros para el acusado, que será juzgado por estos hechos el próximo 8 de octubre en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada.