La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a dos años y cuatro meses de cárcel a un hombre acusado de propinar palizas y amenazar de muerte a su pareja sentimental, a la que llegó a inyectar en varias ocasiones cocaína y heroína en los brazos y mamas pese a la negativa de ésta y "con intención de menoscabar su integridad física".
En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sección Cuarta condena al acusado a dos años y cuatro meses de prisión por delitos de maltrato habitual, contra la salud pública, lesiones y quebrantamiento de medida cautelar, así como al pago de una multa de 60 euros por una falta de amenazas.
La Audiencia considera probado que, desde mayo de 2014, el acusado ha mantenido una actitud "de superioridad" respecto a su novia --con la que tenía en común un hijo menor de edad--, que ha desencadenado en varios episodios violentos en los que el imputado, "con intención de menoscabar la integridad física" de la afectada, "le propinaba fuertes patadas y puñetazos".
"Con intención de amedrentarla le decía que la 'quitaría de en medio'", asevera la sentencia, que añade que, desde mayo de 2014 y hasta enero de 2015, le inyectó cocaína y heroína a su pareja, tanto en los brazos como en las mamas, "en reiteradas ocasiones y pese a la negativa de ésta", añadiendo que "algunos de los episodios no han sido denunciados debido a la alta dependencia emocional de la perjudicada con el acusado y el temor a las represalias".
"FUERTES MANOTAZOS"
Así, el 30 de mayo, y estando en la vivienda común de Dos Hermanas, el imputado suministró droga a su novia "con la clara oposición" de ésta, "para lo cual la sujetó fuertemente del cabello", mientras que en torno al 28 de septiembre de 2014, el acusado le inyectó droga en las mamas "con intención de menoscabar su integridad física", según recoge la sentencia consultada por Europa Press.
Ya el 1 de octubre de 2014, el acusado inició una discusión con su pareja, volviendo a inyectarle droga en las mamas, tras lo que la condujo en coche a casa de los abuelos maternos y durante el trayecto "le propinó fuertes manotazos, mientras la amedrentaba diciéndole que era una puta, una guarra y se iba con todos los tíos".
Como consecuencia de ello, y si bien la víctima no quiso declarar en sede judicial ni mantener la denuncia, el Juzgado dictó auto de fecha 3 de octubre de 2014 en el que acordaba el alejamiento del acusado respecto de su pareja y su hijo menor de edad a una distancia de 200 metros, una resolución que le fue notificada personalmente apercibiéndole de la posibilidad de incurrir en delito en caso de incumplimiento.
"Pese a ser conocedor" de la citada orden de alejamiento, el acusado acudió en su vehículo el 22 de octubre de 2014 al domicilio de la afectada, en Utrera, donde volvió a inyectarle droga en las mamas, mientras que el 28 de diciembre de ese mismo año reanudó la convivencia con la afectada y volvió a inyectarle droga en los brazos y las mamas hasta que dicha convivencia cesó el 7 de enero de 2005.
Como consecuencia de las "reiteradas" inyecciones de heroína y cocaína a lo largo de los meses y hasta enero de 2015, la víctima sufrió distintas lesiones que requirieron incluso de tratamiento quirúrgico y diez días de ingreso hospitalario.
'NO VALES PARA QUE YO PASE 20 AÑOS EN LA CÁRCEL'
No obstante, "pese a ser conocedor de la orden de alejamiento debidamente notificada, siendo requerido para su cumplimiento y apercibido de las consecuencias en caso de incumplimiento", el acusado acudió al Hospital Virgen del Rocío, donde se encontraba ingresada su pareja, entró en la habitación con violencia y gritó 'venga, vámonos, vente conmigo'.
Además, el 1 de enero de 2015 se dirigió a ella "y con intención de amedrentarla" le dijo 'perra mala, tú quién eres, tú qué pasa, tú hasta el día que te pase algo no vas a parar, no te mato porque no vales para que yo pase 20 años en la cárcel, a ti te cojo yo, te mato y tú ni apareces'.
El acusado, que se encuentra en prisión provisional desde el 14 de enero de 2015, tenía afectadas en el momento de los hechos sus capacidades intelectivas y volitivas, ya que padece un trastorno psicótico crónico, un trastorno de personalidad paranoide y presenta un cuadro de abuso de drogas, de manera que "existen importantes factores de riesgo por falta de consciencia de la enfermedad y el elevado consumo de sustancias".
