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Verstrynge niega relación con CEPS y defiende que no ha cobrado "un sólo céntimo" por asesorar al Ejército venezolano

El Gobierno de Hugo Chávez, según han publicado este martes varios medios, pagó 7,2 millones la citada fundación, en la que también trabaron los dirigentes 'morados' Pablo Iglesias o Íñigo Errejón antes de fundar Podemos

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El político Jorge Verstrynge ha negado cualquier relación con la Fundación CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales), en la que trabajaron varios miembros del equipo fundacional de Podemos, y ha defendido que "jamás" cobró "un sólo céntimo de euro" por sus labores de asesoramiento al Ejército venezolano.

   El Gobierno de Hugo Chávez, según han publicado este martes varios medios, pagó 7,2 millones la citada fundación, en la que también trabaron los dirigentes 'morados' Pablo Iglesias o Íñigo Errejón antes de fundar Podemos.

   En un comunicado enviado a Europa Press, Verstrynge niega haber pertenecido o trabajado "en ningún momento" para CEPS y ha recalcado que, aunque ha viajado a Venezuela invitado por las Fuerzas Armadas venezolanas cuando Podemos "ni siquiera era una idea en la mente de nadie", no ha cobrado --"aunque pueda sorprender a muchos", dice-- por sus labores de asesoramiento al Ejército venezolano.

   Es más, según Verstrynge, se entrevistó en dos ocasiones con Hugo Chávez durante su estancias en Venezuela y "en todo momento" declinó "cualquier oferta" para cobrar por su asesoramiento en materia de política geoestratégica.

   Asimismo, el expolítico explica además que su obra 'La guerra periférica y el islam revolucionario', que se ha utilizado según él para acusarle de haber recibido cobros, fue editada en España por 'El Viejo Topo' y que la iniciativa de realizar una edición para las Fuerzas Armadas venezolanas "fue tomada desde Caracas".

   "Ni la editorial española ni yo mismo recibimos retribución alguna por la edición venezolana (ni por la española) de esa obra", sostiene Vestrynge, quien advierte finalmente que en caso de que estas "intoxicaciones" fueran a "instancias del Estado" sería "un nuevo episodio de "guerra sucia" electoral indigna de un país serio".

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