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sociedad

La naturaleza es de todos y cada vez más para todos

Laura García, responsable de la Fundación Global Nature en Extremadura, ha subrayado que la iniciativa esta convirtiendo el senderismo en un "deporte de equipo" , pero ha insistido en que no se trata de pasear por el campo a personas con poca movilidad

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  • Naturaleza. -

Que la naturaleza es de todos puede ser hasta un eslogan gratuito y vacuo; pero que la naturaleza es cada vez más para todos, incluidas las personas con alguna discapacidad o una movilidad reducida, es una realidad gracias a la labor de cientos de voluntarios.

Adentrarse en las Cañadas del Teide, imbuirse de los recursos naturales de los Picos de Europa o pasear y disfrutar del paisaje del Parque Nacional de Monfragüe es una posibilidad que están aprovechando numerosos discapacitados gracias a una iniciativa de la Fundación Global Nature.

Esta entidad, junto con la Asociación Montaña para Todos, puso en marcha el proyecto "Naturaleza para todos" para que cualquiera pudiera disfrutar de la extensa red de senderos que transitan por los espacios naturales españoles y para fomentar la accesibilidad universal, incluido el acceso a la naturaleza como un derecho de todas las personas.

Laura García, responsable de la Fundación Global Nature en Extremadura, ha subrayado que la iniciativa esta convirtiendo el senderismo en un "deporte de equipo" , pero ha insistido en que no se trata de pasear por el campo a personas con poca movilidad.

"No; el objetivo principal es reivindicar el derecho de esas personas a disfrutar de los lugares de la red Natura 2000 y de todos los espacios naturales protegidos, y además dar a conocer los valores naturales que tienen esos espacios para implicar a más gente en su conservación", ha manifestado a Efe.

Las rutas discurren por senderos ya existentes, por lo que no es necesario ni intervenir sobre el medio natural ni la construcción de nuevas infraestructuras, pero tampoco es necesaria una determinada capacidad económica, porque las salidas se hacen a bordo de las sillas de ruedas adaptadas para la práctica del senderismo en cualquier terreno (bautizas como "joëlettes).

Las "joëlettes" requieren el manejo de hasta cinco personas, pero la labor de estos voluntarios les convierte, junto con el pasajero, en un verdadero equipo comprometido y solidario, en una camarilla que comparte su pasión por la naturaleza, por la conservación y por el senderismo.

Manuel Granados, uno de los muchos voluntarios que ya han sido formados para el manejo de esas sillas, ha expresado su satisfacción por compartir su pasión por la montaña con personas que de otra manera no podrían acceder a muchos de esos parajes naturales.

"La fuerza de los voluntarios consigue que lleguen hasta allí y que disfruten de paisajes extraordinarios", ha señalado a Efe, y ha apuntado que la iniciativa tiene un carácter reivindicativo, porque trata de garantizar el acceso universal a la naturaleza, pero también ejemplarizante, "porque demostramos que cualquier persona puede llegar perfectamente; las dificultades se superan con la fuerza motora de los voluntarios".

Todo porque la naturaleza, y España es el país europeo con más biodiversidad y con un mayor número de espacios incluidos en la red Natura 2000, es una fuente de salud y de bienestar; porque todo el mundo necesita estar en contacto con esa naturaleza; pero también porque no todo el mundo puede llegar solo.

La iniciativa de la Fundación Global Nature y de la Asociación Montaña para Todos ha permitido ya a muchos discapacitados adentrarse en esos espacios y sentirse protagonistas del creciente interés que despierta el ecoturismo y de la apuesta que muchas administraciones están haciendo para por aprovechar y rentabilizar, desde el punto de vista económico, pero también social, los recursos naturales más valiosos.

Rosa María Díaz Herrera tiene 44 años y gracias al equipo que maneja la "joëlette" ha conocido lugares que hasta ahora le resultaban inaccesibles.

"Me siento segura con ellos y me gusta ir a sitios a los que nunca puedo ir por mi situación", ha dicho a Efe Rosa María, feliz tras completar una ruta por el Parque Nacional de Monfragüe y al comprobar que la naturaleza ha dejado de verdad de tener límites para ella.

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