El Ayuntamiento de Málaga ha responsabilizado a la Asociación contra el Silencio y el Olvido por la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga de la actual ubicación del parque para perros sobre una fosa común de la guerra donde hubo un millar de cuerpos.
En un comunicado remitido desde el Ayuntamiento se afirma que dicha asociación "no informó a la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) que bajo el parque canino de San Rafael hubiera una fosa común". Asegura además que en el plano que se adjunta que la información que la asociación hizo llegar al Ayuntamiento, la fosa 8, sobre la que se asienta el 'pipican' aparece señalada únicamente como un punto.
Según los datos de la Gerencia, según el Ayuntamiento, el parque canino no sólo no está encima de fosa alguna, sino que además la mayor parte del mismo se encuentra fuera del perímetro del antiguo cementerio, al tratarse de un terreno expropiado que antes formaba parte de un polígono industrial.
En el proyecto, asegura el Ayuntamiento, "siempre se han respetado escrupulosamente las ubicaciones que facilitó la asociación a la GMU en febrero de 2014 (a través de la empresa Arqueología Sílex Patrimonio Histórico-Artístico y Arqueológico SLL). Por lo tanto, si el parque canino se asentara sobre una fosa sería porque la asociación no ha dado a la GMU información precisa y/o completa".
El 23 de diciembre de 2003, en un acuerdo plenario aprobado por unanimidad, el Ayuntamiento se comprometió a dotar, junto a otras administraciones, de los medios económicos y materiales necesarios para realizar las excavaciones con el asesoramiento de un comité de expertos de la Universidad de Málaga, además de la colaboración de la empresa municipal Parque Cementerio de Málaga (Parcemasa).
Asimismo, acordó construir un parque en el cementerio de San Rafael, no realizar ninguna actuación que afectara al mismo e instalar el monumento para recordar a los fusilados; y dio su apoyo a las reivindicaciones de los familiares y las asociaciones que les representan, asegura el consistorio.
El 22 de noviembre de 2006 se firmó un convenio para la exhumación de los restos, en principio de unas 3.000 personas, depositados en San Rafael, y la construcción de un lugar de memoria. El 27 de diciembre de 2007 se firmó otro convenio (continuación del anterior). El 12 de marzo de 2008 se firmó una adenda al convenio de 2007. La aportación total del Ayuntamiento para todo ello superó los 300.000 euros.