El tiempo en: Jaén

El Loco de la salina

Otra vez por aquí

Alguien dijo: “La felicidad es sencillamente buena salud y mala memoria”. Bien dicho está.

Ya sé que ustedes me estaban echando mucho de menos. Y yo a ustedes. Ya sé que no podían vivir sin mí, que se pasaban las horas suspirando y que mi prolongada ausencia hacía que los días les parecieran eternos. Me consta que han cogido grandes y monumentales depresiones al comprobar que no aparecía por ningún sitio la columna del Loco de la Salina. Me los imagino un domingo cualquiera cerrar con desesperación el San Fernando Información al ver que yo seguía sin escribir...

Pues bien, todo eso se acabó. Recobren la calma, vamos a centrarnos y miremos al futuro. Otra vez estoy por aquí con las pilas recargadas y deseando contarles a ustedes cosas que ni imaginarse pueden. Ha sido un largo descanso, porque de vez en cuando los locos no tenemos más remedio que echarnos en el sofá a verlas venir o bien irnos a la playa a ver si se nos refrescan las ideas tan calenturientas que pasan por nuestras delicadas mentes.

Parece mentira, pero mirando al mar nos calmamos bastante y se nos quitan las ganas de abrirle la cabeza a alguno de un porrazo, que es lo que el cuerpo nos pide muchas veces a gritos. Y todo a pesar del mal tiempo. Porque del veranito que en gloria esté, ¡qué les voy a contar que ustedes no sepan! Levante por un tubo y el peor agosto que al menos yo había conocido en los días de mi vida, y mira que llevo agostos vividos. Al final me ha quedado como recuerdo del verano un pelo de erizo indomable y un tic nervioso en la mano de tanto llevarme el peine a la cabeza.

Pero al final de la tormenta siempre viene la calma y septiembre ha llegado con una inmensa tranquilidad, con buena uva, con unos días fantásticos y por eso los locos ya hemos abandonado la cara de locos que teníamos en agosto y hemos recobrado el rostro normal que tampoco es para tirar cohetes pero que es lo que hay.  Yo, desde estas inocentes líneas, les hago la promesa firme de no meterme con nadie en adelante, de ser bueno, educado y suave con las críticas, de ser diplomático y de tener una buena mano izquierda, de decir las cosas sin que nadie se moleste…Todo se aprende. Porque ¿qué se adelanta con herir, con criticar, con largar, con ser sincero? Nada, excepto malas caras por parte de los criticados.

Es verdad que de los locos se puede esperar de todo y eso me consuela, pero no quiero escudarme en la locura para justificar lo que expreso en el papel cada domingo. Casi todo lo que he escrito hasta ahora es porque lo pienso (¿un loco pensando?), aunque es cierto que me he pasado en algunas cosas y lo reconozco. Eso no volverá a ocurrir. En todo caso, deben tener en cuenta que hay ocasiones en las que a los locos nos da la picá y nos volvemos ventiladores. Sé que me perdonarán y que se tomarán con cariño cualquier crítica que de mi pluma salga. Yo también aguantaré lo que ustedes digan sobre mí. Winston Churchill afirmaba: “Las críticas no serán agradables, pero son necesarias”. Sin embargo creo que en La Isla hay gente amargada que todo lo ve con malos ojos y tienen las orejeras puestas. De esos voy a prescindir.

Es cierto que hay cosas que uno no puede soportar estoicamente y un día de estos voy a coger una silla, me voy a acercar por la calle Real y me voy a liar a dar silletazos a diestro y siniestro, porque uno ya está hartito de cagadas de perros esparcidas por toda La Isla y de pringue por las calles y de…Me está dando la crisis. Lo dejo, quiero olvidar y voy por la pastilla antes de que vengan con la camisa. Hasta el domingo que viene. Alguien dijo: “La felicidad es sencillamente buena salud y mala memoria”. Bien dicho está.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN