El prototipo del sistema, cuyo desarrollo acabará a finales de año, se probará en la primavera de 2010 en algún bosque de Aragón aún sin determinar, explicó ayer el investigador principal del proyecto, Nicolás J. Medrano, del Grupo de Diseño Electrónico del Instituto de Investigación de Ingeniería de Aragón (I3A).
Según Medrano, hasta ahora sólo se ha experimentado con un método similar en Estados Unidos, Canadá y Corea del Sur.
El director general de Investigación, Innovación y Desarrollo del Gobierno aragonés, José Luis Serrano, y el director del área de negocio de La Caixa en Zaragoza, Rafael Parra, han destacado el valor de este proyecto pionero en Europa.
Su investigador principal ha explicado que la red estará compuesta por pequeños nodos independientes, (una especie de ordenadores del tamaño de una tarjeta bancaria), que disponen de un microprocesador; un transceptor para enviar y recibir datos por vía inalámbrica, parecida al Bluetooth o al Wi-Fi; batería con una duración no inferior a un año y los sensores correspondientes.
Estos nodos son capaces de obtener medidas de diferentes características del entorno, como la humedad del ambiente y del suelo, la velocidad del viento, la temperatura, la presión atmosférica o el humo.
Será una herramienta útil para reducir los efectos de los incendios y, si es posible, la cantidad.