Estados Unidos y Japón acordaron hoy reforzar su cooperación contra Corea del Norte y prometieron "fuertes consecuencias militares" si el régimen norcoreano los ataca, después de que un asesor de Donald Trump afirmara que no es viable solucionar militarmente las tensiones con Pyongyang.
Los titulares de Exteriores y de Defensa de EEUU, Rex Tillerson y James Mattis, recibieron en Washington a sus homólogos de Japón, Taro Kono y Itsunori Onodera, respectivamente, para el primer diálogo de seguridad bilateral desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, llegó al poder en enero.
La cita estuvo marcada por la reciente escalada de amenazas entre Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un, que han moderado el tono en los últimos días pero mantienen vivas las tensiones.
"Creo que el presidente (Trump) creía que era necesario recordar al régimen de cuáles serían las consecuencias si deciden llevar a cabo sus amenazas. Estamos preparados militarmente", dijo Tillerson en una conferencia de prensa junto a Mattis y sus homólogos japoneses.
Tillerson y Mattis aseguraron que mantienen activa la opción militar contra Corea del Norte, después de que el estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon, dijera en una entrevista que "no hay solución militar posible" al conflicto con Pyongyang, dado que al comienzo de la contienda morirían "millones de personas en Seúl".
"Nuestra postura (del secretario Mattis y mía) ha sido respaldada por el presidente (Trump)", dijo Tillerson al ser preguntado por los comentarios de Bannon.
"Hay un mensaje internacional unificado (contra Corea del Norte) como nunca lo ha habido (...), pero eso tiene que ir respaldado por una fuerte consecuencia militar si Corea del Norte elige mal. Ese es el mensaje que el presidente ha querido que enviemos a los líderes en Corea del Norte", aseguró el jefe de la diplomacia estadounidense.
En el mismo sentido, Mattis garantizó que "habrá fuertes consecuencias militares si Corea del Norte inicia hostilidades" contra Estados Unidos o alguno de sus aliados.
"Cualquier iniciación de hostilidades se topará con una respuesta eficaz y sobrecogedora", subrayó Mattis, y precisó que, si Corea del Norte "lanzara un misil contra el territorio de Japón, Guam, Estados Unidos o Corea del Sur", Washington tomaría "medidas inmediatas y específicas para derribarlo".
Tras su fuerte escalada verbal de la semana pasada, Estados Unidos y Corea del Norte han rebajado el tono después de que el líder norcoreano suspendiera sus planes de atacar la isla estadounidense de Guam, una decisión que Trump consideró "muy sabia", porque la alternativa habría sido "catastrófica".
Durante su reunión de hoy, los representantes de Estados Unidos y Japón acordaron acelerar la implementación de un acuerdo militar de 2015, que refuerza la cooperación en defensa y abre la posibilidad de que Tokio utilice sus sistemas antimisiles para interceptar armas lanzadas contra Estados Unidos o Corea del Sur.
También decidieron "explorar nuevas actividades en temas de inteligencia, vigilancia y ejercicios de reconocimiento e investigación", además de plantearse "el uso conjunto o compartido de las instalaciones" de cada país, según explicó Tillerson.
"Nunca ha habido un momento que exija una respuesta más unida y concertada por parte de Estados Unidos y Japón", aseguró Kono, el titular de Exteriores japonés.
Ambos países reafirmaron su decisión de trasladar la base estadounidense de Futenma, ubicada en la prefectura nipona de Okinawa, a una zona menos habitada de Henoko, un plan que ha suscitado protestas entre la población local pero que los ministros llamaron a implementar "sin más retrasos" en un comunicado conjunto.