El Consejo de Gobierno de la Junta ha aprobado este martes la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento, la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma en Algeciras (Cádiz).
Este templo, de estética tardobarroca e improntas coloniales y populares, es el edificio más representativo de la refundación de la ciudad a principios del siglo XVIII tras su prolongado abandono a raíz de la destrucción a finales del XIV por los nazaríes. Su situación central y elevada, así como la fuerte presencia de la torre, hacen de la iglesia un referente en la trama urbana.
El templo, que se comenzó a construir en 1724, es de planta rectangular organizada en cinco naves y cuatro tramos abovedados y separados por columnas. A principios del siglo XIX se culminó la torre. Las naves intermedias se cubren con bóvedas de aristas apoyadas en arcos fajones y el crucero con una de media naranja sobre pechinas.
El exterior presenta muros con paramentos encalados salvo en la portada central, que se enmarca con pilastras de sillería y se diferencia del resto de la fachada a través de dos altos contrafuertes que la delimitan. La cubierta está formada por faldones inclinados de teja árabe.
La torre, al pie de la nave lateral izquierda, consta de un cuerpo inferior de planta cuadrada y de otro superior con forma ochavada y cúpula bulbosa. El campanario se remata con cornisa muy saliente, cúpula rebajada y chapitel moldurado. En la torre también se sitúa un reloj monumental de péndulo, construido en 1771.
PROTECCIÓN PARA 57 BIENES INMUEBLES
El régimen de protección incluye 57 bienes inmuebles, entre esculturas, pinturas, piezas de orfebrería y libros, además de las campanas de la iglesia. Destacan la pintura de La Piedad (anónimo flamenco del XVII) y las esculturas de la Virgen de la Palma en el altar mayor, la Inmaculada en el retablo neogótico de la Capilla del Sagrario, el Ecce Homo, el Nacimiento, San José con el Niño y San Bernardo, todas ellas del XVII.
El decreto aprobado por el Consejo se completa con la delimitación de un entorno de protección alrededor del monumento, que comprende espacios públicos y privados de las calles de acceso y la Plaza Alta.