La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a diez años de prisión a M.S. por un delito de asesinato en grado de tentativa después de que intentara acabar con la vida de su vecina de 57 años al asestarle tres puñaladas en el estómago con un cuchillo de cocina de diez centímetros de hoja mientras la sujetaba por la espalda "impidiendo que se defendiera".
El fallo, consultado por Europa Press y en apelación ante el TSJA, sostiene que el acusado actuó con "alevosía" puesto que "atacó por la espalda" a la mujer cuando esta estaba "totalmente desprevenida" en la cocina de la casa "donde no era razonable sufrir agresión alguna". El tribunal concreta que incluso el cuchillo empleado en el ataque lo llevaba ya consigo el acusado y no fue cogido del lugar del crimen.
Los hechos se produjeron en el barrio almeriense de El Puche sobre las 17,10 horas del 15 de enero de 2017, cuando el acusado entró en la vivienda por la puerta principal aprovechando que la nieta de la víctima la había dejado abierta al salir para hacer unas compras.
Según el tribunal de la Sección Tercera, el encausado "de manera consciente y deliberada hizo lo necesario para asegurar el resultado proyectado, actuando de forma sorpresiva y suprimiendo toda posibilidad de defensa", con lo que estima que la mujer logró salvar la vida gracias a la acción de los servicios médicos, que tuvieron que extraerle parte del arma durante la primera intervención quirúrgica.
Frente a esta versión, el acusado alegó que el ataque se había producido a la cara tras entrar en la vivienda para pedir explicaciones a la víctima por su actitud cuando. Así, en un momento dado, "se enfadó, cogió un cuchillo de cocina de la propia víctima y la atacó de frente"; algo que el tribunal desecha a partir de los testimonios aportados y a que él mismo reconoció en fase de instrucción y ante la Policía que el arma era de su propiedad, entre otros aspectos.
ENTREGA EN COMISARÍA
No obstante, una vez efectuado el ataque, el acusado salió de la casa, montó en su vehículo y se dirigió directamente a la Comisaría de la Policía Nacional, donde compareció sobre las 17,30 horas y manifestó a los agentes que había apuñalado a su vecina, de la que supuestamente recibía continuos "insultos y amenazas".
En esta línea, el tribunal considera que concurre la circunstancia atenuante por confesión, ya que se personó en dependencias oficiales apenas 20 minutos después del intento de asesinato para narrar lo ocurrido a los agentes, a quienes incluso detalló que el cuchillo se había roto y lo había tirado. Los policías constataron en sala que el tiempo mínimo de recorrido entre El Puche y la Comisaría era de unos 15 minutos.
Ante esto, la sentencia aprecia la "inmediatez" de su actuación y la decisión del acusado, quien al contar con un coche no se decantó por otras opciones que "cuanto menos habrían dificultado el esclarecimiento y enjuiciamiento de los hechos", por lo que "con su entrega y confesión facilitó considerablemente la labor de la justicia".
Además de la pena privativa de libertad, el tribunal impone a M.S. una orden de alejamiento de 500 metros de la víctima y de incomunicación con ella durante 17 años así como una indemnización a favor de la mujer de 12.000 euros por las lesiones sufridas, de las que tardó 166 días en recuperarse y de las que le quedaron secuelas.