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Miércoles 12/06/2024  
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Málaga

Una unión basada en el cariño entre personas y animales

Amappace y la protectora participan en este proyecto en el que los usuarios con diversidad funcional son voluntarios los miércoles

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Algunas de las personas con diversidad funcional que acuden de voluntarios a la protectora.

Algunas de las personas con diversidad funcional que acuden de voluntarios a la protectora.

Algunas de las personas con diversidad funcional que acuden de voluntarios a la protectora.

Algunas de las personas con diversidad funcional que acuden de voluntarios a la protectora.

Hace cuatro años desde que la asociación Amappace y la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga se unieran en un programa para que personas con diversidad funcional y los perros pudieran disfrutar juntos.

Van un miércoles sí y otro no en grupos de seis, en total son unos catorce o quince usuarios, según cuenta Inmaculada Ramírez, educadora de residencia de Amappace. “Se hizo para que se sientan útiles, un desarrollo personal, y para que vean que pueden ayudar a otras personas o, en este caso, a los animales de la protectora”, ha indicado, añadiendo que se trata de “un doble beneficio”.

“La verdad que es una interacción muy bonita, porque se ve el cariño que les aportan los perros a ellos y ellos también aportan su granito de arena”, ha explicado Ramírez. Estas personas desempeñan la función de un voluntario, “pasean a los perros, les dan de comer, aprenden a cuidar a un perro, cómo hay que tratarlo, todo es un aprendizaje, tanto para ellos como para los perros”, ha incidido.

Ramírez ha manifestado que “van los usuarios a los que realmente les gustan los animales, porque nosotros queríamos tener perro en la asociación para trabajar el tema de la responsabilidad, el aprendizaje de cuidar a un animal, los beneficios que aporta el perro al ser humano, pero no podemos tener animales en la asociación”, ha lamentado la educadora, por lo que “decidimos ir a la protectora, que nos abrieron las puertas y nos dijeron que sí, que sin problema”.

Para estos voluntarios se reservan los perros del geriátrico, ha explicado la presidenta de protectora, Carmen Manzano, porque son los más tranquilos. “Es como un espejo abierto a la sociedad, que vean que ayudar a los perros también es ayudar a las personas”, ha dicho Manzano.

En la protectora adaptaron “un cuarto de baños diseñado para ellos, para que puedan entrar con sus sillitas”, ha resaltado la presidenta.

“Suelen estar entre tres o cuatro horas, se van cuando empieza a oscurecer”, ha indicado, recordando entre carcajadas que “hay veces que hay que llevárselos a la ‘fuerza’, porque no hay manera de que se quieran ir”.

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