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Socialistas, una canción muy vista

En cuanto pronunciaron la fecha, el 22, me di cuenta de dos cosas a la vez. La primera fue instintiva, me puse a tararear aquella rima de El Pulga y el Linterna

Publicado: 21/07/2019 ·
23:46
· Actualizado: 21/07/2019 · 23:49
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  • Congreso de los Diputados. -

En cuanto pronunciaron la fecha, el 22, me di cuenta de dos cosas a la vez. La primera fue instintiva, me puse a tararear aquella rima de ‘El Pulga y el Linterna’, “veintidós, veintidós, veintidós…”, y por la cara que pusieron mis hijos adolescentes -“¡mi madre está loca!”- me di cuenta de que esa es una de esas trampas invisibles que delatan la edad de una sin pretenderlo. La segunda cosa de la que me di cuenta al oír la fecha fue que lo del PSOE también es una canción repetida, como la del dúo de Algeciras. Resulta que los problemas siempre ocurren por culpa de los demás. Lleva España tres meses paralizada tras las elecciones del 28 de abril, y hasta un año largo si se empieza a contar desde que Pedro Sánchez desbancó al presidente legítimo, Mariano Rajoy, con una moción de censura oportunista que no le garantizaba gobernar, sólo figurar, y resulta que la culpa es de los grupos de la oposición. En vez de hacer su trabajo, que consiste en buscar alianzas que garanticen estabilidad en España, porque para eso aceptó el encargo del Rey Felipe VI, pretende que, sin más, lo hagamos presidente para, como hasta ahora, seguir figurando en el Falcon oficial.

Parece que se nos olvida que la oposición tiene la obligación de controlar al gobierno, aunque este esté en funciones. En los casi tres meses transcurridos desde las elecciones, los que los diferentes grupos hemos exigido la comparecencia de ministros, hemos solicitado el inicio de las comisiones que esperan a sacar los temas de los cajones, pero el presidente ha decidido que no hay que hacer nada. Nada de nada.  Tenemos un presidente que lo que mejor que sale en la negatividad, el ‘no es no’ y de ahí no pasa. Ahora estamos expectantes. Solo unos días, como los días previos al nacimiento de un niño, donde el entorno de la futura mamá está pendiente de cualquier cambio por pequeño que sea. Se te ve mas baja la barriga, tienes la nariz rara, los labios hinchados… Esto esta al caer. Pues bien, ningún síntoma refleja el Gobierno para pensar que la semana que viene tengamos un presidente. Ningún signo de que Pedro Sánchez haya conseguido con sus socios naturales, independentistas y nacionalistas, extrema izquierda consolidada, un acuerdo que le permita proclamarse presidente de España.

Repetir las elecciones demostraría la falta de liderazgo e incapacidad de Pedro Sánchez para convencer a sus compañeros de hemiciclo. Demostraría la falta de solvencia y la falta de credibilidad de su proyecto para España. Es por esta razón, por la que, desde el principio de este eterno proceso, pensé que finalmente se formaría gobierno con los socios a los que nos tiene acostumbrados el Partido Socialista, que solo marca como única línea roja la que le haga soltar el poder. Parece que el último acto del sainete empieza a desvelarse, y si mi intuición no me falla, tendremos gobierno apoyado con una ‘mayoría frankenstein’, los socialistas sustentados por los bildus y los separatistas.


Pase lo que pase esta semana durante la sesión de investidura del Congreso de los Diputados, parece que lo que hemos vivido estos tres meses merece une reflexión para el futuro. Necesitamos un cambio que permita a los diputados ser útiles desde el primer día, desarrollar nuestra función en el Congreso y un sistema que no deje en el limbo sine die el control al Gobierno en funciones. Mientras que Pedro Sánchez repite su canción, hay leyes como la de menores y alcohol que tras cuatro años de trabajo está guardada en un cajón. O reivindicaciones como la que hace la Policía Local, para ser considerada profesión de riesgo. Y tantas y tantas cuestiones más que están pendiente en esta Cámara Baja. Necesitamos un cambio en el reglamento del Congreso que impida que esta situación vuelva a repetirse, que un Gobierno en horas bajas deje al país varado tres meses, cuatro meses, o quién sabe… Hasta veintidós.

Sol Cruz-Guzmán

Arquitecta. Diputada nacional

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