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"Un día nos trajeron a un recién nacido rescatado por un perro"

La misionera Justina de Miguel se marchó a África en 1973 aunque su deseo de viajar al continente para ayudar a la gente venía de mucho antes

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  • La misionera Justina de Miguel. -

La misionera Justina de Miguel se marchó a África en 1973 aunque su deseo de viajar al continente para ayudar a la gente venía de mucho antes. En estos 46 años, la religiosa ha pasado por Níger, Burkina Faso y su última parada ha sido Senegal, donde ha estado al frente de un orfanato de Dakar que ofrece un primer hogar a más de 80 niños.

Justina de Miguel, además de religiosa franciscana de las Misioneras de María, es enfermera y comadrona de profesión, un trabajo muy necesario en muchos países de África donde hay un alto índice de natalidad pero donde muchas mujeres no disponen de centros de salud donde dar a luz.

"En Burkina trabajé en una maternidad como comadrona, en la selva, no teníamos agua ni luz, venían mujeres de más de más de 30 pueblos e incluso de otros países a las consultas prenatales y a tener a los niños", explica la misionera española en una entrevista con Europa Press, con motivo del Domund, que se celebra este domingo. "Yo era la única comadrona, no había médico", añade.

Después fue destinada a Dakar, en Senegal, donde ha estado más de 20 años desempeñando su labor en un orfanato, 'La Pauponnière', los 12 últimos como directora del mismo. Hasta 2016 acogían a más de 50 niños, pero a partir de la visita de la Reina Sofía iniciaron un proyecto de ampliación con ayuda de la cooperación española y ahora pueden acoger a entre 80 y 90 menores.

"Ha sido un regalo de Dios poder estar con estos niños, la mayoría huérfanos de madre, que ha muerto en el parto, y abandonados", ha comentado, al tiempo que ha recordado algunas historias. "La madre de Absa murió a 500 kilómetros de Dakar, dio a luz a gemelos, el niño murió y a la niña me la trajeron después de un viaje tan largo, con un kilo y 200 gramos", ha añadido.

También ha contado la historia de un bebé que llegó a La Pauponnière después de ser rescatado por un perro. "El guardián de una parroquia soltó al perro y el perro le llevó a un recién nacido, después me lo trajeron a mí", resume.

Hace unos meses, Justina de Miguel regresó a España donde ha comenzado "otra etapa" y colabora con varias ONG. También mantiene el contacto con el orfanato y con los niños que fueron adoptados por familias españolas, aunque recuerda que desde hace cuatro ó cinco años ya no hay adopciones internacionales.

Este domingo se celebra la Jornada del Domund, en la que se recaudan fondos para los misioneros y se reza por ellos. Aunque ha disminuido el número de misioneros españoles (ahora son unos 11.000), la religiosa española se muestra convencida de que hay "mucha solidaridad" entre los jóvenes. De hecho, explica que muchos acuden cada verano a 'La Pauponnière' como voluntarios.

"Dicen de los jóvenes de hoy pero yo veo mucha solidaridad entre ellos, con ganas de cambio. Les diría que hay que vivir la vida a tope, cada día dando lo mejor de sí mismos a los demás", ha subrayado.

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