Un submarino cargado con unos 3.000 kilos de cocaína de gran pureza, según una primera estimación, ha sido interceptado en la playa de Hio, en el municipio pontevedrés de Cangas de Morrazo, y dos personas han sido detenidas, según fuentes de la Guardia Civil.
El semisumergible procedía de un país latinoamericano y dos de sus tres tripulantes han sido arrestados, mientras el tercero ha logrado huir, han confirmado fuentes de la investigación.
Las autoridades están intentando reflotar el submarino, de veinte metros de eslora, que ha quedado hundido en la playa de Hio, en la península de Morrazo.
Fue de noche, con mala mar, cuando la nave llegó a la costa y quedó sumergida, por lo que los agentes calculan que transcurrirán varias horas hasta que pueda ser reflotada y se complete el pesaje para obtener la cantidad exacta de droga.
Los investigadores están tratando de aclarar si el semisumergible ha navegado desde Sudamérica hasta España con el cargamento o bien la droga ha sido introducida en algún punto en alta mar.
Se trata de un sistema de transporte de droga muy novedoso en Europa, aunque es habitual en América, han precisado las fuentes.
En la operación, que continúa abierta, participan agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional y de la Agencia Tributaria.
Aunque no han trascendido más detalles sobre la operación, fuentes de la investigación indicaron que los detenidos son de origen ecuatoriano.
Las autoridades ecuatorianas detuvieron en junio pasado 26 personas, entre ellos seis extranjeros, en un operativo contra el narcotráfico internacional vía marítima.
Los investigadores advirtieron entonces, tras el decomiso de 2.195 kilogramos de drogas, más de 300.000 dólares en efectivo, tres armas de fuego y equipos de navegación y comunicación, que se trataba de una organización que disponía de un semisumergible, una avioneta y una lancha.
Según alertó entonces la Policía ecuatoriana, la red desmantelada, que pretendía enviar droga a México, utilizaba como medios de transporte de la droga "avionetas y submarinos".
Un mes antes, en mayo pasado, el narcotraficante mexicano Vicente Zambada Niebla, coordinador logístico del Cartel de Sinaloa en los Estados Unidos, fue sentenciado en Chicago (Illinois, EE.UU.) a 15 años de prisión, y no cadena perpetua como se esperaba, por su colaboración con las autoridades.
En su confesión, "Vicentillo", hijo del número dos del cártel, Ismael "El Mayo" Zambada, explicó a la justicia cómo transportaban toneladas de cocaína en aviones de carga, trenes y submarinos hasta Estados Unidos.
Un narcosubmarino de fabricación casera ya apareció en agosto de 2006 abandonado en medio de la ría de Vigo cargado de combustible y con el motor en marcha y posteriormente las autoridades judiciales impusieron penas de dos años de cárcel para cada uno de los seis procesados por considerarlo una tentativa de introducir cocaína en Galicia con ese método.