Beber té, al menos, tres veces por semana se relaciona con una vida más larga y saludable, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Academia China de Ciencias Médicas y que ha sido publicado en el 'European Journal of Preventive Cardiology'.
En el trabajo se han analizado durante más de siete años a 100.902 personas sin antecedentes de infarto, accidente cerebrovascular o cáncer. Todas ellas se dividieron en dos grupos: uno en el que bebían té tres o más veces a la semana y otro en el que no bebían o se tomaban menos de tres tazas semanales.
Al analizar los datos, los investigadores observaron que los bebedores habituales de té que tenían 50 años desarrollarían enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular 1,41 años después y vivirían 1,26 años más que aquellos que nunca o rara vez bebían té.
Además, los amantes del té tenían un 20 por ciento menos de riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca o un ictus, un 22 por ciento menos de morir por estas patologías y un 15 por ciento de muerte por todas las causas, en comparación con los que no consumían esta bebida.
Asimismo, en un subanálisis por tipo de té, beber té verde se relacionó con aproximadamente un 25 por ciento menos de riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, fallecer por estas patologías y morir por todas las causas. Sin embargo, no se observaron asociaciones significativas para el té negro.
"En nuestra población de estudio, el 49 por ciento de los bebedores de té habituales consumían té verde con mayor frecuencia, mientras que solo el 8 por ciento prefería el té negro. La pequeña proporción de bebedores habituales de té negro podría dificultar la observación de asociaciones sólidas, pero nuestros hallazgos sugieren efecto diferencial entre los tipos de té", han recalcado los investigadores.
Dos factores pueden estar en juego. Primero, el té verde es una rica fuente de polifenoles que protegen contra las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo, incluida la hipertensión arterial y la dislipidemia; mientras que el té negro se fermenta completamente, proceso por el cual los polifenoles se oxidan en pigmentos y pueden perder sus efectos antioxidantes. Asimismo, el té negro a menudo se sirve con leche, lo que según investigaciones anteriores puede contrarrestar los efectos favorables para la salud del té sobre la función vascular.