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Diez minutos cada dos horas sentados para cambiar toda una vida

“La gente se ha visto confinada y se ha preguntado ahora qué. Gente que no tenía problemas de salud se ha visto como población de riesgo", dice Gonzalo Camacho.

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Curiosamente el coronavirus ha llegado cuando más se estaba hablando de lo que ya se consideraba la gran pandemia del siglo XXI en los países desarrollados.

La obesidad, sobre todo en los niños porque independentemente de la genética es controlable en los primeros años, no sólo ocupaba estudios especializados y comenzaba una difusión importante para combatirla con criterios médicos, sino que los Gobiernos comenzaban a tomar medidas para paliar una situación más grave aún por los efectos secundarios y la aparición de otras patologías asociadas.

El SARS-Cov-2 que causa la enfermedad Covid-19 no sólo no ha venido a interrumpir esos preocupación -aunque sí muchos estudios- y han sido entre otros los fisioterapeutas los que se han lanzado a poner su grano de arena para que la sociedad pueda sobrellevar el confinamiento.


Para Gonzalo Camacho ha sido una oportunidad -las crisis siempre son una oportunidad salvando lo malo que tienen- para poner en marcha lo que es mucho más que una web de ejercicios al uso de las muchas que corren por las redes sociales e incluso por los mercados de la filosofía del adelgazamiento milagroso.

Ha llevado a su canal de Youtube -tiene su nombre propio- su filosofía propia, la que está sacada de la esencia misma del cuerpo humano y la que busca en la genética del hombre lo que el hombre ha dejado de ser en gran parte por su evolución natural y en otra, por la evolución impuesta.

“El cuerpo está preparado para el ejercicio físico desde que era cazador y agricultor y eso se ha ido perdiendo conforme han ido pasando los años. Eso es lo que provoca muchas lesiones, la falta de una preparación, de un entrenamiento”, dice Camacho.

Para el fisoterapeuta se trata de un problema de educación porque en familia se trata de muchos temas pero no se toma en serio la alimentación “y le damos al niño lo que hemos visto en los anuncios. Al final le estamos dando azúcar, azúcar y azúcar”.

Con la educación física pasa lo mismo. “Si en la casa no hay una cultura del movimiento, de salir todos los días a pasear, al cuerpo le cuesta adaptarse” a ese movimiento necesario, aunque lo positivo es que “nunca es tarde”.

Hay alternativas
“Es verdad que en los primeros años tiene lugar la etapa de formación pero el cuerpo tiene mucha facilidad para adaptarse, por lo que una persona de 70 años que decida salir a hacer ejercicio va a tener la misma adaptación que uno de 20”. Siguiendo unas pautas y salvando las diferencias, claro está.

Sin embargo, Camacho consiente en que la fuerza de las grandes marcas que venden comida con mucha azúcar o las que venden juguetes con los que el niño no tiene oportunidad de hacer ejercicio es muy grande.

“Hay que tener claras las prioridades y si yo tengo como prioridad mi salud, nadie me va a hacer cambiar mis objetivos”, arguye, obviamente desde la óptica de una persona que posee los conocimientos necesarios sobre lo que es y debe hacer por una vida saludable.

Y ahí llega otro de los puntos en los que Camacho no sólo comparte la preocupación, sino que acepta que hay cosas que no se han hecho bien en su sector, en el de la educación física.

Los fisioterapeutas actúan cuando el daño ya está hecho, lo curan y dejan que el enfermo -lesionado- se vaya a su casa. Haría falta insistir más en por qué se ha ocasionado la lesión, dar consejos sobre cómo no caer en el mismo error y hacer una labor de divulgación que no se ha hecho. Y que él esta haciendo ahora con esos videos de Youtube.

Entre la falta de educación física de la población y la falta de divulgación por los profesionales está el quid de la cuestión y por eso esta pandemia de la Covid-19 “ha sido un punto de inflexión”.

“La gente se ha visto confinada y se ha preguntado ahora qué. Gente que no tenía problemas de salud se ha visto como población de riesgo porque tiene otras patologías que las convierten en población de riesgo”.

Y es que hay muchas patologías que son silenciosas. “La diabetes no te da ningún problema hasta que te lo da; la hipertensión, igual; el sobrepeso, igual... Son enfermedades que están ahí y con las lesiones físicas pasa exactamente lo mismo”.

Ahora ha llegado el momento de pararse y ahora es cuando habría que echar “una pensaíta y ver cuáles son las prioridades, qué es lo más importante”.

Lo pone además sencillo. Camacho no te da una tarjeta para que vayas a verlo y entrenarte. Los consejos los puede seguir cualquiera porque se trata de que cada dos horas que estés sentado te levantes diez minutos y te muevas, o des un paseo.

“Con ello se elimina el riesgo de contraer muchas enfermedades. Lo que se trata es de transmitir que te muevas sencillo, que lo hagas fácil, pero hazlo, coge un hábito de salud, un hábito de vida...”

La escuela, como siempre, es el principio de todo, donde está la clave. “Se ha avanzado mucho, pero no todo lo suficiente. Chocan el profesorado y las familias”.

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