Hay mucha gente que deja basura en el pasillo, que cuando termina de comer no recoge los desechos, que quedan allí mismo hasta la siguiente comida. Hay más personas de las que quisiéramos que dejan caer una bolsa de plástico, una lata o un papel conforme caminan de una estancia a otra. No me refiero a la casa particular, en la que cada cual haga lo que quiera, sino a aquella otra casa de todos (perdón por el símil tan poco original) que son los espacios naturales que podemos disfrutar.
Estas vacaciones de la nueva normalidad se están caracterizando por una reducción de los viajes. Bien sea por la crisis económica que desgraciadamente ya llegó al hogar de muchos, bien sea por el miedo al bicho, el hecho es que gran parte del tiempo vacacional lo estamos pasando en nuestra ciudad.
Como consecuencia, buena parte de espacios naturales de nuestro municipio ya están recibiendo la visita masiva de la ciudadanía con fines de ocio y esparcimiento, lo cual, de entrada es positivo si no se produce un deterioro de esos lugares que forman parte del patrimonio ecológico, paisajístico e incluso popular.
Me refiero a lugares tan emblemáticos y atractivos como el río Eliche a su paso por Los Cañones hasta el Puente de la Sierra, toda la zona de la Cañada de la Hazadilla y Otiñar, las zonas de esparcimiento del Neveral y Santa Catalina, o el Ojo del Buey y la Fuente de la Peña. Por fortuna aún contamos que estos y otros muchos lugares naturales en nuestro término municipal, que hacen las delicias de nuestros sentidos cuando buscamos en ellos momentos de bienestar.
Y precisamente porque este verano de 2020 nos ha obligado a dirigir más nuestra atención a los rincones de la casa de todos, se hace necesario incrementar la atención y el cuidado.
Todos los usuarios debemos prever no tener que dejar abandonada ningún tipo de basura e incluso, con la cortesía necesaria, pedir que los demás tampoco lo hagan.
La propia autoridad municipal debe articular un dispositivo especial de atención a estos espacios naturales, que tenga como objetivo velar por el cuidado, buen uso y disfrute de los mismos y contar con tres aspectos: vigilancia para garantizar el cumplimiento de la normativa vigente en los espacios naturales, especialmente los días festivos; limpieza, disponiendo contenedores en estos espacios naturales y su atención; y control del tráfico, velando por el adecuado uso de los accesos y restringiendo la circulación por aquellos en los que la aglomeración genera situaciones de riesgo.
No pueden volver a darse las imágenes que se suben a las redes sociales mostrando todo tipo de basura abandonada. Urge cambiar, y esto también forma parte de ese cambio.
