China prometió hoy represalias "legítimas y necesarias" para "proteger su soberanía e intereses de seguridad" después de que el Gobierno estadounidense anunciase el lunes la venta a la isla de 100 sistemas de defensa marítima Harpoon y 400 misiles de este tipo por valor de 2.370 millones de dólares.
"China insta a Estados Unidos a que cese todas sus ventas de armas a la isla. Nos reservamos el derecho a tomar represalias legítimas y necesarias para proteger nuestra soberanía e intereses de seguridad", afirmó este martes el portavoz del Ministerio de Exteriores chino Wang Wenbin, citado por la prensa local.
El Gobierno presidido por Donad Trump notificó ayer al Congreso estadounidense esta venta -que incluye 400 misiles de superficie RGM-84L-4 Harpoon Block II- para su aprobación.
Además de los sistemas de defensa costera Harpoon y 400 misiles adicionales RGM-84L-4 Harpoon Block II, la nueva venta incluye cuatro misiles RTM-84L-4 Harpoon Block II y 25 camiones radar, repuestos, equipo de apoyo y capacitación.
A esa venta hay que añadir otros 1.800 millones de dólares (1.519 millones de euros) relativos a un preacuerdo distinto por tres lotes de armas que incluyen misiles SLAM-ER y unidades HIMARS, un sistema lanzamisiles múltiple ligero, confirmaron hoy a Efe fuentes del Ministerio de Defensa taiwanés.
Este lunes, en respuesta a una pregunta sobre ese preacuerdo por valor de 1.800 millones de dólares, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China Zhao Lijian anunció, sin detallar en qué consistían, la imposición de sanciones a los fabricantes estadounidenses Lockheed Martin, Boeing Defense y Raytheon.
TAIWÁN ASEGURA QUE BUSCA PROTEGER A SU POBLACIÓN
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores taiwanés expresó su más "profundo pesar" en respuesta a las "amenazas de Pekín" de sancionar a esas empresas.
"Taiwán está trabajando para mantener la paz y la estabilidad en la región", dijo el lunes la portavoz Joanne Ou en un comunicado que recoge la agencia de noticias CNA, y añadió que "en respuesta a las presiones de China, nuestro Gobierno tiene la responsabilidad de proteger a su población".
Según el Departamento de Estado estadounidense, la venta comprende material "necesario para permitirle (a Taiwán) mantener una capacidad de autodefensa suficiente".
CNA asegura que en este mes de octubre "al menos 19 aviones militares chinos entraron en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa" y que "en septiembre, cazas J-16 chinos cruzaron la línea media del Estrecho de Taiwán o entraron en la ADIZ taiwanesa".
El periódico hongkonés South China Morning Post aseguró recientemente que "Pekín está avanzando en la militarización de su costa sureste para prepararse para una posible invasión de Taiwán", según fuentes del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino, que habría desplegado allí misiles hipersónicos de alcance medio DF-17.
Taiwán se considera un territorio soberano con Gobierno y un sistema político propios bajo el nombre de República de China desde el final de la guerra civil entre nacionalistas y comunistas en 1949, pero Pekín mantiene que es una provincia rebelde e insiste en que retorne a lo que denomina patria común.
El Gobierno de Trump ha dado prioridad al fortalecimiento de las relaciones con Taiwán, incluida la venta de armas, pese a que en 1979 Washington rompió sus relaciones con Taipéi, que se convirtieron en informales, tras reconocer a la República Popular.