Malasia se unió al coro de países musulmanes que han criticado las declaraciones sobre el islam del presidente francés, Emmanuel Macron, con una condena a "la difamación del islam", a la que este miércoles respondió la embajada de Francia en Kuala Lumpur.
En el comunicado emitido hoy, la representación diplomática gala afirmó que "la libertad religiosa está protegida por la Constitución francesa y el sistema legal" y defendió el discurso de Macron al argumentar que éste no atacó a la comunidad musulmana, "sino a una ideología, el islamismo radical, que debe ser aislada y combatida".
La embajada respondía así a un comunicado emitido el martes por el Ministerio de Asuntos Exteriores malasio en el que "condenaba rotundamente cualquier retórica incendiaria y actos de provocación que traten de difamar al islam", sin mencionar explícitamente al presidente francés.
El ministerio malasio reiteraba su compromiso de defender la libertad de expresión "siempre y cuando se ejerza con respeto y responsabilidad sin infringir o violar los derechos de otros" y condenaba las caricaturas del Profeta Mahoma o la asociación del islam con el terrorismo.
Por su parte, el comunicado de la embajada francesa defendía el concepto de secularismo francés y, en una nota conciliadora, agradecía las "garantías ofrecidas por las autoridades malasias de que el Gobierno malasio no se unirá a las peticiones" de boicotear los productos franceses lanzadas por algunos países.
Dichas llamadas al boicot y condenas al gobierno francés se produjeron después de que Macron afirmara el pasado miércoles que Francia "no renunciará a las caricaturas" de Mahoma, tras el asesinato y decapitación de un profesor por haber mostrado a sus alumnos las que el semanario Charlie Hebdo publicó en septiembre durante una clase en un instituto.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, recomendó a su homólogo francés "terapia mental", al denunciar las medidas anunciadas por Macron para frenar el islamismo radical en Francia y defender la libertad de expresión.