Imagino que muchos de ustedes, como me ha ocurrido a mí y a algún que otro responsable administrativo o político, en ocasiones se ha visto y sentido secuestrado entre papeles, en una situación entre el agobio y la parálisis de que hacer o por donde comenzar, y aunque tengamos nuestra cabeza muy bien amueblada y dominemos el desorden de aquel caos, hay momentos en los que nos perturba la confusión.
Y de la mano de este fenómeno pasa un poco como la lucha de Alonso Quijano, Don Quijote, contra los molinos de viento en Campo de Criptana, en la que los inviste de desaforados gigantes, para hacer la batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzará a enriquecerse.
Es una comparación que también la encontramos fuera del mundo de la literatura universal del Gran libro de libros de Miguel de Cervantes, y nos topamos con aventuras de políticos que quieren adoptar el papel del técnico más sabio de todos, o el experto que desea jugar a político. Son juegos, intercambios de roles que nos llevan al problema y no nos conducen a ninguna solución.
Afortunadamente parece que tanto a nivel empresarial como en el de las administraciones públicas hay un intenso trabajo de digitalizar todos los datos, modernizar los circuitos y tramitar electrónicamente todos los expedientes, en un proceso sin tregua de despapelizar.
Hace unos días vinieron a casa a arreglar un electrodoméstico y me encontré con la grata sorpresa de que me enviaron la factura al correo electrónico y al whatsapp en un intento serio y riguroso de eliminar el papel, igual me ocurre mensualmente con la facturación del móvil.
La eliminación del papel de los trámites de las administraciones y el mercado, no debería ser una opción por nuestra parte sino algo que formará parte de nuestra normalidad, y hacerlo a la mayor brevedad posible. Además, lejos de lo que la gente pueda suponer estaríamos en un País más seguro, ya que invertir en innovación es hacerlo en garantía y seguridad.
Lo que ayer, tan solo hace pocos años , nos parecía lejano e imposible entre fantasías y ensoñaciones, misterios y polémicas, nos abre las puertas de nuestros sentidos a lo sorprendente pero tan real que convivimos y nos resuelve muchos problemas , lejos de acumular y enterrarnos entre papeles.
Nos hace más fuertes y menos vulnerables,, y nos convierte en productores, diseñadores y desarrolladores de nuestros proyectos , como elementos vivos e interactivos, que nos permiten ser más rápidos y eficaces , sabiendo correr por rutas ocultas y desconocidas , transformando la realidad sin improvisaciones en las decisiones y planificando los cambios hacia modelos más eficaces y consistentes.
Soportaremos en cualquier momento los controles de calidad que sean necesarios, sin necesidad que un papel rectifique a otro, o no haya tiempo para hacer y almacenar tantos que resulte desesperante. En esta nueva etapa de futuro que ya es presente, repleta de retos, ritos y reinvenciones, hemos de perder el miedo y vencer la desconfianza por la ausencia del papel.
Lejos de la batalla al papel como arma burocrática, estamos ante un material que no debe secuestrarnos sino liberarnos de muchas ataduras, ya que tiene 300 usos diferentes, existen 500 tipos de papeles, y en nuestro País promueve cientos de puestos de trabajo a través de las 113 fábricas existentes.
El papel es una apuesta por la innovación y la creatividad, siendo el material que más se recicla frente a la invasión del plástico, recuperamos el 69% del papel que se consume en España. Hagamos un buen uso y constataremos que estamos ante el protagonista de una revolución tecnológica, económica y medioambiental.