Son padre e hijo, la tercera y cuarta generación de una familia dedicada toda su vida al mundo del circo. Ambos, Tony Alves, padre e hijo, relatan sus vivencias de años en un mundo complicado de luces y sonrisas ante el público y con todas las dificultades de su profesión. Tony, el padre, trapecista durante años, es ahora el presentador de pista, mientras Tony hijo, se dedica dentro del mundo del espectáculo a ser payaso, posiblemente la profesión más difícil del mundo.
Ambos combinan su labor diaria con el esfuerzo por mantener en pie el circo que han recibido de sus ancestros. Varado como un barco a pocos metros de la orilla, esperan muy pronto poder subir el telón del espectáculo después de estar casi cuatro meses en San Fernando en los terrenos de la Magdalena sin poder llevar la sonrisa a los pequeños y grandes.
Lo que el viento y la lluvia, el sol o el calor, no ha podido parar, lo ha hecho la pandemia del coronavirus como nos relatan. Desde el Ayuntamiento de San Fernando manifestaban que nadie les impedía salir de San Fernando, pero el problema de esta familia no es salir, sino a dónde ir.
A lo largo de este tiempo, no exento de dificultades económicas, han recibido el constante apoyo de los isleños y del propio Ayuntamiento que lo deja ocupar los terrenos municipales de la Magadalena.
Tanto Tony padre como hijo, dicen que sólo pueden agradecer a San Fernando cómo se están portado con ellos. Como una pequeña demostración de esa gratitud, están dispuestos, si es necesario, montar la gran carpa del circo para que pueda ser escenario de vacunaciones masivas contra el Covid-19. Qué mejor luger que un circo de verdad para el ‘circo’ que se ha montado el virus.