El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha anunciado este viernes la adjudicación del anunciado y nuevo contrato destinado a la "redacción de anteproyecto y estudio de impacto ambiental" del tramo de la autovía metropolitana SE-40 comprendido entre Dos Hermanas y Coria del Río, destinado a salvar el cauce vivo del Guadalquivir. La nueva contratación, como se ha informado, está destinada a definir un nuevo diseño de los túneles de dicho tramo con un trazado más largo de unos 2,3 kilómetros adicionales y "comparar" esta solución con cuatro alternativas de puente, al objeto de adoptar una nueva decisión sobre qué infraestructura acometer.
Según el anuncio de licitación recogido por Europa Press, este contrato salía a concurso a mediados de diciembre de 2020 por procedimiento abierto, un valor máximo estimado de casi 1,1 millones de euros y un plazo máximo de ejecución de dos años.
Dicha licitación respondía a lo que anticipaba en una comparecencia previa el director general de Carreteras del Ministerio de Transportes, Javier Herrero, en torno al futuro del tramo Dos Hermanas-Coria de la SE-40, estratégico al abarcar el paso sur del río Guadalquivir con lo que ello conlleva para las comunicaciones entre Huelva, Sevilla y Cádiz.
En dicha comparecencia, groso modo, Herrero admitía los "25 años" de gestiones y trámites que acumula el proyecto de la autovía metropolitana SE-40, que actualmente cuenta con 38 kilómetros en servicio de los más de 77 del trazado planeado, exponiendo que los últimos estudios respecto a los túneles del tramo Dos Hermanas-Coria, cuya construcción fue "paralizada en 2012" poco después de haber comenzado las obras, habrían revelado que el grado de "importante impermeabilidad" en principio previsto en el terreno no es tal y "el suelo no se comporta según lo previsto", lo que obliga a una modificación "radical" de las actuaciones.
Todo ello, cuando según reconocía, las contrataciones y obras relacionadas con ese tramo del proyecto han supuesto ya gastos por valor de más de 80 millones de euros para las arcas públicas.
LA COMPARACIÓN DE HERRERO
En ese contexto, Herrero reiteraba que un proyecto de puente es "infinitamente más fácil" de acometer que uno correspondiente a un túnel, requiere menos tiempo y resulta más económico, asegurando que en términos generales "la solución del túnel" es elegida "cuando no existe otra" opción.
A continuación, anunciaba la decisión de licitar la redacción de un nuevo estudio informativo o "anteproyecto de soluciones" que contemple para el proyecto un nuevo diseño de túneles "más largos", de unos cinco kilómetros en vez de 2,7 para superar la zona de "expansión" del río; así como también "cuatro alternativas" de trazado para un posible puente de una longitud de hasta 6,5 kilómetros, un procedimiento que requerirá una tramitación y trabajo técnico de unos dos años y medio, para después "decidir cuál es la mejor solución", según sus palabras.
PENDIENTE "EL NÚMERO DE CARRILES"
La redacción del anteproyecto ahora contratada de nuevo, además de "comparar las alternativas" de materialización de la futura infraestructura para "seleccionar la más adecuada", implica que este tramo de la SE-40 "deberá de disponer dos calzadas, una para cada sentido de circulación, y el número de carriles de cada una se analizará en base a los estudios de tráfico que se realicen", toda vez que los túneles inicialmente planeados eran dos por cada sentido, cada uno de ellos con dos carriles de circulación.
Sólo hace unos días, por cierto, el Consejo de Administración de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre S.A. (SEITT) acordaba emprender el proceso de rescisión de los contratos adudicados en 2009 para la ejecución de estos túneles del tramo de la SE-40 comprendido entre Dos Hermanas y Coria, extremo que implicará, además de los 80 millones de euros ya librados para estas actuaciones, indemnizaciones para las sociedades adjudicatarias de los contratos a cancelar.
No pocas voces, recordémoslo, han recordado insistentemente que la declaración de impacto ambiental elaborada para el proyecto inicial de este tramo de la SE-40 señalaba respecto a la opción de construir un puente el "impacto visual severo" del mismo sobre la vega del Guadalquivir, al necesitar alzarse a más de 50 metros para permitir la navegabilidad hacia el Puerto.