El Gobierno de la ciudad autónoma esperará hasta el próximo mes de enero para, a la vista de las precipitaciones que se registren en diciembre, decidir si licita o no, por la vía de urgencia, un nuevo contrato para abastecerse de recursos hídricos desde la Península, una decisión que no era necesario tomar desde hace una década.
El Ejecutivo local decidió a mediados de octubre contratar por emergencia el buque aljibe Sichem Orchild para paliar la escasez de recursos hídricos en los dos pantanos de la ciudad debido a la ausencia de precipitaciones durante las primeras semanas del otoño, el aumento de las pérdidas de agua en la red de distribución a causa de diferentes averías durante el verano y la decisión de parar durante cuatro meses, desde febrero hasta junio, un módulo de la planta desaladora local, que aporta dos tercios de los 30.000 metros cúbicos que se consumen a diario en Ceuta.
Asimismo, la contratación del buque aljibe, que tuvo un coste total para las arcas municipales de un millón de euros, vino acompañada del corte del suministro a los hogares durante la madrugada, restricciones a las que se puso fin el pasado lunes por medio del restablecimiento del abastecimiento durante las 24 horas del día.
Abastecimiento especial
Así, la ciudad autónoma es una “isla hidrológica” que se nutre de la producción de la desaladora, actualmente en fase de ampliación; la lluvia y los manantiales de la vecina localidad marroquí de Beliones, cuya aportación es prácticamente insignificante.