- El abogado y diputado de JxCat en el Parlament Jaume Alonso-Cuevillas ha afirmado este martes que una reforma del delito de sedición no evitaría que el expresidente catalán Carles Puigdemont acabase en prisión si volviese a España.
En declaraciones a La 2 y Ràdio 4, Cuevillas ha explicado que esto sería así porque continuaría pesando el delito de malversación, que también comporta penas de cárcel, y ha apuntado que los que se beneficiarían de una reforma de la sedición serían Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, ya que son los únicos presos independentistas que no están condenados también por malversación.
"La condena del Supremo es por el delito de sedición en concurso con la malversación. Le quitarían la sedición y la sala recalcularía la pena y la rebajaría uno o dos añitos", ha asegurado Cuevillas, que fue uno de los abogados de Puigdemont.
Sobre el eventual regreso el expresidente catalán, se ha mostrado convencido de que lo hará "como presidente de la república" y ha apuntado que si volviese ahora sería detenido y sometido al "escarnio público".
Ha afirmado que Puigdemont habría estado dispuesto a volver a Cataluña en enero de 2018 si el pleno para su investidura como presiente de la Generalitat no hubiese sido desconvocado.
Por otro lado, ha afirmado que una vía unilateral entendida como "confrontación violenta" es "inviable" hoy en día, y ha apostado por lo que ha bautizado como la vía "trilateral", que consiste en "crear las condiciones" para que "un tercer agente internacional" fuerce al Estado a negociar la independencia.
Para ello hacen falta dos condiciones, según Cuevillas: una mayoría clara independentista y tener "prestigio en Europa", algo que ha vinculado al "desprestigio del Estado español", así como un "detonante", que podría ser la crisis económica.
Al inicio de la legislatura Cuevillas ocupó el cargo de secretario segundo de la Mesa del Parlament, del que fue apartado por el partido tras haber expresado sus dudas sobre la estrategia de desobediencia.
Este martes, Cuevillas ha afirmado que él "no tenía ningún interés" en estar en la Mesa y que, al ser abogado del exconseller y diputado en el Parlament Lluís Puig, huido en Bélgica, podría tener problemas al decidir sobre su voto delegado.