Antídotos contra el Barça

Tito Vilanova es el segundo entrenador del Barça. Se formó como jugador en la Massía y jugó en los escalafones inferiores del club junto a Guardiola. Cruyff llegó a contar con él en algún partido amistoso, aunque su carrera terminó desvinculada del Nou Camp hasta que el propio Guardiola lo rescató en 2008 para formar parte del plantel técnico. Desde entonces se ha convertido en su hombre de confianza en el banquillo y en testigo privilegiado de la histórica trayectoria del equipo en este año y medio.

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Sin embargo, algo ha cambiado en esta segunda temporada: el Barça ya no gana sus partidos con la solvencia del año pasado, no golea en exceso e, incluso, se ha jugado el pase a octavos de la Champions en la última jornada tras perder y empatar ante el equipo más débil del grupo. Observaciones ante las que Vilanova ha matizado que la principal diferencia entre ésta y la pasada campaña reside en que cuesta mucho más ganar los partidos, y no por dejadez de los azulgrana, sino por el planteamiento táctico del rival. La prueba la pudimos apreciar en la final del Mundial de Clubes, ante Estudiantes de la Plata.
El equipo argentino se adelantó en el marcador y el Barça fue a remolque del contrario hasta casi el límite del encuentro y sólo pudo resolverlo a su favor en la prórroga, en una situación casi calcada a la de la final de la Supercopa de Europa del pasado verano.
Si Pedrito no hubiese logrado el empate, Estudiantes habría levantado el trofeo y habría sido designado mejor equipo del mundo, aunque para los demás el equipo blaugrana siguiera como el poseedor natural de dicha distinción.
Guardiola ya vivió una situación parecida durante su etapa como jugador. Al año siguiente de convertirse en la extensión en el campo de la visión del fútbol de Cruyff, todos los equipos comenzaron a contrarrestar el juego del Barça anulando a Pep. La solución siempre pasó por buscar alternativas en su juego, y en ellas viene trabajando ahora como entrenador con el fin de seguir sumando victorias que se hacen cada vez más costosas, con la certeza a su vez de que en el fútbol nada se eterniza, de la misma manera que las emociones que genera son siempre irrepetibles.

Navidad blanca Por su parte, en el Madrid también se han marchado felices de vacaciones. Ronaldo asusta al rival, las cifras goleadoras son excelentes, el cruce de Champions es asequible, el equipo se ha hecho temible..., aunque, de momento, no podrá igualar el sexteto del Barça.