La legislatura 2019-2023 toca a su fin y es momento de hacer balance. Terminan cuatro años que han sido excepcionales, en especial debido a la pandemia, pero también por haber contado la ciudad con el primer gobierno no socialista tras la instauración de la democracia. Para analizar este período y avanzar sobre algunos de los proyectos futuros, entrevistamos a Marino Aguilera.
¿En qué ha cambiado el Marino Aguilera de 2019 al Marino Aguilera de 2023? Soy la misma persona pero con un importante poso de experiencia. Mantengo la misma ilusión que el primer día y las ganas de continuar con el proyecto de cambio para Alcalá la Real. Estos cuatro años han demostrado que Alcalá necesitaba cambiar de políticas y de modos de ejercerla, de una forma más cercana y transparente. Lo importante es que haya cambiado Alcalá, no yo.
¿Y en qué ha cambiado Alcalá? La alternancia trajo libertad y rompió muchos estereotipos. Pienso que la gente ve ahora a su gobierno mucho más cercano y accesible. Se ha perdido el miedo a que gobierne otra opción y la gente ha visto que somos sensatos, buenos gestores, que hemos mejorado los servicios públicos bajando los impuestos y gobernamos para todos, no para unos pocos. Alcalá se ha normalizado tras perder el miedo al cambio.
¿Cómo resumiría la legislatura que acaba? Ha sido una legislatura que se ha visto muy condicionada por el Covid y la fuerte inflación. De los cuatro años de mandato, uno y medio se ha dedicado fundamentalmente a la gestión de la pandemia, teniendo en 2020 todas las inversiones paralizadas, y esto ha retrasado varios proyectos propios y de la Junta como el Centro de Salud, la recuperación de la Casa Fernando de Tapia o la conexión de polígonos. Pero dentro de esta crisis creo que se ha conseguido un importante avance social en el municipio con el aumento de recursos para emprendedores, familias, personas mayores y dependientes, y se ha hecho un importante esfuerzo por dotar a las aldeas de servicios e infraestructuras demandadas durante muchos años, como comedores escolares, zonas verdes, arreglo de caminos rurales o espectáculos. No heredamos ni un solo proyecto del anterior gobierno más allá de las obras del PFEA.
Si tuviera que resumir todo lo hecho en la legislatura en una frase, diría que este gobierno se ha ocupado de proteger la salud de los alcalaínos, de poner en orden muchas cuestiones abandonadas y de impulsar proyectos olvidados. Ahora hemos hecho lo urgente; en la próxima legislatura toca transformar Alcalá.
Se discute mucho la situación económica del ayuntamiento. ¿Cuál es el estado de las arcas municipales? Jamás ha tenido el ayuntamiento una situación económica tan favorable como la actual, con el mayor presupuesto y la menor deuda de la historia y un nivel inversor alto que se plasma en una gran cantidad de obras puestas en marcha. Bajando los impuestos hemos demostrado que se pueden reforzar los servicios públicos y hoy destinamos el 25% del presupuesto a políticas sociales, que han crecido notablemente en esta legislatura, y nadie en España invierte esa cantidad. Hemos puesto en marcha por primera vez un plan de apoyo a pymes, hemos digitalizado la administración y se ha ampliado la plantilla municipal. Pese a los rumores infundados que se oyen, la liquidación del presupuesto 2022 arrojará un remanente de tesorería para gastos generales por importe aproximado a los 8 millones de euros para 2023, ahorro que permitirá seguir financiando servicios e inversiones.
El envejecimiento de la población es imparable. ¿En qué sentido debe prepararse el municipio? Vemos con los años que cierran colegios en las aldeas y en Alcalá cada vez hay menos matrícula. Por el contrario, aumentan las plazas de residencia y los usuarios del servicio de ayuda a domicilio. La dinámica de población nos obliga a reformular los servicios públicos y reforzar la atención a nuestros mayores, y también esmerar cuestiones como la accesibilidad. En este contexto es obvio que la construcción de segunda residencia de mayores es obligada y ya estamos dando los primeros pasos tras ampliar la actual hasta el máximo de su capacidad, 51 plazas de las que 48 son concertadas.
Un proyecto inesperado y sorprendente ha sido el de prevención de depresión y suicidio. ¿Por qué ha dado este paso? Porque tenemos que dejar de ser conocidos como el pueblo con mayor tasa de suicidios para pasar a ser conocidos como el primer pueblo que se enfrenta al problema. Atravesamos una época de auge de las enfermedades mentales, que puede agravar la ya de por sí preocupante situación de Alcalá en cuanto a la presencia de depresiones y casos de suicidio. No hacer nada tan solo sirve para normalizar una tragedia. El proyecto pretende detectar la depresión para reducir el índice de suicidios, y también llamar a las cosas por su nombre, superar el estigma.
Confío en el buen hacer de los profesionales de Salud Mental de la Junta de Andalucía que se han puesto al frente y en la implicación de la población para conseguir los objetivos planteados. En las próximas semanas habrá importantes convocatorias.
¿Qué proyectos debe afrontar Alcalá en los próximos años? Creo que se debe seguir trabajando desde el ayuntamiento para fortalecer los servicios públicos en Alcalá y aldeas, regenerar el centro y extender toda la colaboración posible con el sector privado para favorecer la creación de empleo. Debemos seguir esforzándonos por devolver al casco histórico servicios que atraigan población, a la par de abrir nuevos aparcamientos y regenerar espacios como el entorno de Consolación, la Casa Fernando de Tapia o dos previstos en la calle Real. Hay espacios comerciales que deben mejorarse desde el punto de vista urbanístico y de la movilidad, como el Llanillo, la plaza del Ayuntamiento o la calle Fernando el Católico. Los espacios atractivos y confortables atraen la inversión. También se debe promover la ampliación de suelo industrial ante el buen ritmo de venta de parcelas del Llano Mazuelos. Son muchas las necesidades y escasos los recursos, por ello debemos saber priorizar.