La devoción de los alcalaínos hacia su Patrona, la Virgen de las Mercedes, cuenta desde este jueves, 14 de agosto, con el refrendo que la Iglesia Católica le otorga de forma oficial con su coronación canónica pontificia. Como se preveía, miles de alcalaínos han querido estar presentes en este acto litúrgico singular, con el que se reconoce el especial vínculo de devoción de nuestra ciudad con la Virgen hoy coronada. La Patrona de Alcalá la Real adquiere, así, una distinción cuyos orígenes datan de finales del siglo XVI, momento en el que los romanos pontífices, personalmente o por medio de obispos por ellos delegados, comenzaron a coronar imágenes de la Virgen ya insignes por la veneración pública.
Ajustándose al programa previsto, la procesión con la imagen de la Virgen de las Mercedes partía poco después de las siete y media de la tarde del templo de Consolación, acompañada de la comitiva de la propia cofradía, a la que acompañaban los miembros de la Corporación Municipal. Numerosos fieles quisieron estar presentes durante su recorrido por la Carrera de las Mercedes, hasta el altar instalado para la ocasión en el Paseo de los Álamos, adonde arribaba alrededor de las ocho y cuarto. Una vez ascendida la imagen, el acto litúrgico de la coronación canónica se iniciaba a las ocho y media. El mismo estuvo presidido por el obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, teniendo como concelebrantes al obispo emérito de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos; el deán y vicario general de la diócesis de Jaén, Francisco Juan Martínez Rojas; el párroco de Santa María la Mayor y arcipreste de Alcalá la Real, Juan Ramón López, y numerosos presbíteros, naturales de Alcalá, párrocos del arciprestazgo, diocesanos de Jaén y Córdoba, así como órdenes religiosas. Los padrinos de la coronación han sido las religiosas contemplativas de Alcalá la Real: Madres Dominicas y Madres Trinitarias, don Antonio Ceballos Atienza y doña María de los Ángeles Sánchez Jiménez. La capilla musical del acto corrió a cargo de la Coral Alfonso XI, bajo la dirección de Lirio José Palomar, con Laura Moyano como solista, Mª del Mar Montañés como flauta, y Juan Rafael Gómez al piano.
En la monición de entrada, el oficiante de la misa, el obispo de Jaén, don Ramón del Hoyo, recordaba como “en este día en que la Iglesia entera celebra la glorificación de la Madre de Dios, cada año, desde hace más de cuatro siglos, esta ciudad y sus aldeas conmemoran a su Madre de las Mercedes, patrona y señora de los corazones de tantos devotos que, ante su Bendita Imagen, han descubierto la dulzura y la cercanía de una Madre amorosa; de tantos como han rezado, ofrecido o agradecido por su mediación”.
Tras la celebración de la homilía, en la celebración del rito de coronación propiamente dicho, los padrinos han llevado al obispo las coronas con las que serían posteriormente ceñidas las imágenes de Cristo y de su Madre. El obispo, quitada la mitra, decía a continuación la oración de este rito, tras la que tenía lugar la imposición de las coronas. Terminada la oración, el obispo rociaba con agua bendita las coronas, y sin decir nada, los colocó sobre la imagen, primero sobre la cabeza del Niño Jesús y luego sobre la de la Virgen. El canto del Aleluya, de Haendel, precedió al rezo del Credo, tras el cual se celebró la liturgia eucarística (procesión de ofrendas, plegaria eucarística, rito de la comunión). La ceremonia concluía con la bendición final y el canto de la Salve.
En esta celebración, que queda para la Historia de la devoción mariana de nuestra ciudad, y en la que, en la víspera de la Solemnidad de la Asunción, día grande de las fiestas patronales de nuestra ciudad, miles de alcalaínos quisieron estar presentes en tan señalada ceremonia, tuvieron especial eco las palabras hechas llegar por el propio papa Francisco, quien invitó “a celebrar este acto, dando nueva vitalidad a la devoción mariana” profesada a la Virgen de las Mercedes.