“Llega un momento en que tu propia vida la absorbe tu trabajo”, reconoce la alcaldesa de San Juan de Aznalfarache, María Luisa Moya, durante su entrevista en 7TV Aljarafe con motivo de sus dos primeros años al frente del consistorio. “En el caso mío, por circunstancias también personales, me ha absorbido más”, añade. La regidora admite que “te cambian las cosas, pero de una manera diferente”. Y es que, asegura, ser alcaldesa te hace “darte cuenta de la gran responsabilidad que tienes encima”.
“Uno piensa en la cantidad de cosas que quiere hacer por el pueblo. Y el pensar, y el estar convencida de que sí puedes hacerlo, de que puedes llegar a realizar esa transformación que quieres en San Juan y que tanto cuesta, no porque tú no quieras, sino porque la propia administración es muy lenta”, reflexiona. A pesar de los obstáculos, Moya insiste en que “el estar convencida de que tú sí puedes hacerlo te quita muchas noches de sueño, te crea momentos de ansiedad, incluso en ocasiones lágrimas de impotencia”.
Aun así, su convicción es firme: “Esto lo voy a hacer, me cueste lo que me cueste, tiene que salir adelante”. Según destaca, el proyecto con el que se presentó a las elecciones y con el que “los sanjuaneros nos dieron su confianza, de aquí a final de legislatura, si Dios quiere, se verá totalmente culminado”.
Durante la entrevista también abordó la parte más humana del cargo: “La alcaldesa no deja de ser humana, también tiene sus problemas familiares, personales, de madre, de sus hijos…”. En este sentido, confesó los momentos difíciles vividos en el último año. “Me han pasado cosas horribles en lo personal, falleció mi marido y en el mismo año falleció mi padre, en menos de un año los dos, los dos hombres más importantes de mi vida”, dijo.
“Te das cuenta de que tú tienes una gran responsabilidad que te marca. Y evidentemente eres humana, lloras, te vuelves y te giras porque te apetece llorar, pero al final eso no puede influir en tu trabajo”, afirmó. “He tratado de hacer mi trabajo y desempeñar este año mi trabajo sin que me influya. Otra cosa es cuando yo entro en mi casa y cierro la puerta”.
También habló sobre cómo sus hijos han vivido el hecho de que su madre sea alcaldesa. “No me ven ellos. Yo nunca les inculco a mis hijos eso, ellos tienen que elaborar su futuro, al final no les va a facilitar nada quien sea su madre. Siempre les he dicho que sean sencillos, como antes de ser la alcaldesa”. Aunque actualmente viven fuera de San Juan, “en cuanto tienen dos días están aquí, en su pueblo, porque les tira”.
Moya compartió una anécdota entrañable sobre su cercanía con los más pequeños: “A raíz de las visitas escolares al Ayuntamiento, cuando voy al supermercado me encuentro a los chiquillos con los padres. Algunos se vienen a abrazarme y me quedo parada, hasta que la madre me dice: ‘Estuvo en el colegio viéndote’. Ellos te ven como alguien que no se puede tocar. Y tienes que decirles que eres una persona normal, que cuando llegas a casa haces lo mismo que su madre o su padre: arreglar la casa, cocinar, planchar... Somos humanos, aunque a veces eso cueste entenderlo”.
En cuanto a los avances de gestión, Moya admite que se sentirá realmente satisfecha “a finales de año”, cuando los frutos del trabajo empiecen a verse. “Durante estos dos primeros años hemos trabajado muy duro para poner muchas cosas en marcha. La administración es muy lenta en todo, pero ya está todo rodando”.
Entre los principales hitos que enumera está la mejora del servicio de limpieza, con un contrato “a punto de adjudicarse”, la reorganización de la Policía Local y la incorporación de nuevas plazas, y transformaciones
