El suministro de agua desalada para riego en Níjar permaneció interrumpido durante cuatro días a raíz del apagón general que afectó a la planta desaladora de Carboneras (Almería) el pasado 28 de abril, según ha reconocido el Gobierno central en una respuesta parlamentaria al grupo Vox, consultada por Europa Press.

En el documento, el Ejecutivo detalla que el sistema no volvió a recibir aportes de agua desalada hasta el viernes 2 de mayo, cuando se retomó con un volumen "poco significativo" de unos 8.000 metros cúbicos al día.

Pese a ello, indica que los cultivos no sufrieron daños porque la red de riego contaba con reservas suficientes que permitieron mantener el suministro gracias a su "considerable capacidad de embalse".

La planta estuvo 21 horas sin electricidad y necesitó otras 16 para recuperar parcialmente su producción. Actualmente hay en servicio nueve de las 12 líneas, ha precisado.

El Gobierno central añade que la instalación "se encuentra inmersa en un proceso de remodelación" para mejorar su eficiencia energética, en el que se sustituyen turbo-bombas por intercambiadores de presión y se ha adjudicado el suministro de nuevos tubos de presión.

En la respuesta, se aclara que las obras deben compaginarse con la producción, por lo que "se va a realizar con paradas parciales", lo que supondrá "una merma de producción sobre la nominal de la desaladora mientras duren los trabajos".

El Ejecutivo ha asegurado que la operación de la planta se desarrolla "en todo momento bajo el cumplimiento de los protocolos de prevención de riesgos laborales" y ha recordado que, aunque esta instalación ha funcionado como "una fuente única para el abastecimiento al Levante almeriense", está prevista la incorporación de agua potable procedente de la ETAP de Cuevas del Almanzora.