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Lo que queda del día

El kit de supervivencia

Al final, el mejor kit de supervivencia es el que cada uno llevamos puesto por dentro, como nos demuestra la Semana Santa

Publicado: 20/04/2025 ·
10:41
· Actualizado: 20/04/2025 · 10:41
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  • Semana Santa en Jerez -
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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La mochila kit de supervivencia ha sido un éxito de venta en muchos países, salvo en España, donde un 59% la considera innecesaria, según una encuesta publicada por El Mundo. Para el caso es lo mismo; es decir, inculcar una necesidad vinculada al incremento del gasto armamentístico. ¿Cómo nos vamos a oponer a que el Gobierno destine más fondos a Defensa en vez de a políticas sociales o a mejorar infraestructuras públicas si estamos a las puertas de una guerra?

La guerra, en todo caso, es comercial, y en la mochila, en vez del botiquín y la comida en conserva, lo que habría que incluir son unos vaqueros levi’s y unas zapatillas nike, por si desaparecen del mercado, y un lote de películas Marvel para entretener a los niños, porque Un funeral de locos está muy graciosa y Santiago Segura ya está promocionando la quinta parte de Padre no hay más que uno, pero los más pequeños sólo piden ir al cine a ver la última de Spiderman.

Cuando EEUU decidió atacar Libia en los años 80 y los cazas sobrevolaban nuestros cielos procedentes de las bases de Rota o Morón, Gomaespuma hacía sonar por las noches el For America de Jackson Browne, no en apoyo de los bombardeos, sino porque pese al afán belicista de la Casa Blanca y su facilidad para meterle el miedo en el cuerpo a nuestras familias, “nos siguen gustando las chicas californianas y el rock”. Aquella canción, con su saxofón ochentero, estaba muy bien.

En esto ha llegado la Semana Santa y por unos días hemos perdido de vista al tipo del flequillo y hemos sido ajenos a sus caprichosas decisiones, que alguna habrá tomado, pero aquí hemos estado inmersos en cuestiones más trascendentales; entre otras que una Virgen o un Caído desafíen a la lluvia para reencontrarse con el pueblo mientras esparcían fe, esperanza y emociones, más necesarias que nunca frente a las bombas que se siguen lanzando en Ucrania o Gaza y las que nos amenazan con lanzar a nosotros mismos: ya lo dijo Mark Rutte, el secretario general de la OTAN, para un misil de largo alcance, la diferencia entre apuntar a Berlín o Madrid son sólo de diez minutos.

El mundo sigue lleno de fanfarrones, y aunque a veces les hayamos respondido con tirabuzones y otras rimas con premio, el mejor antídoto ha estado en las calles durante toda una semana. Da igual si eres ateo o anticlerical: Javier Cercas dice que ha vuelto de su viaje junto al Papa más ateo y anticlerical, pero más próximo a la voluntad y al mensaje del pontífice argentino por su contribución social.

Lo mismo ocurre con quien reniega de Dios -hay tres mil dioses en el mundo, recuerda Ricky Gervais; él reniega de los tres mil, el resto de 2.999-. Pero incluso los que, como Gervais, reniegan de todos, no son ajenos a ese escalofrío que brota a medida que se acerca una dolorosa tras el bosque de cirios encendidos o ven avanzar un misterio bajo los sones de Madre Galeona.

El que pueda que empate con un discurso desde el parlamento o desde un atril, tan alejados desde hace mucho tiempo del consuelo y confortación que le reporta a tanta gente el acompañamiento y la mirada de sus imágenes sagradas, sin que sea tampoco una invitación a confundir esto con lo del “opio para el pueblo” al que aludía Marx, que entronca más con ese anticlericalismo que esgrime Cercas y desde el que censura el “autoritarismo” ejercido por algunos sacerdotes sobre sus respectivas feligresías.

Todo ese cúmulo de sentimientos va más allá y se experimenta en cada uno de nosotros a partir de los recuerdos, de quienes nos faltan y de lo que nos aguarda, y durante una semana nos ponen en orden por dentro de cara a afrontar de nuevo los desafíos del día a día con todos sus titulares y sus telediarios juntos. Porque, al final, el mejor kit de supervivencia es el que cada uno llevamos puesto por dentro. El que lo haya renovado gracias a la Semana Santa, eso que lleva ganado y aprendido.

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