Supone una remodelación total y extrema del entorno, con suelo de cristal, del que emana el agua de las fuentes y las luces de los focos que la iluminarán por la noche. Son muchas las voces que aseguran que es un cambio demasiado moderno para un templo renacentista, pero lo importante es la intención: dejar ver el templo desde todos sus ángulos.
Sí es verdad, que tanto colorido puede despistar a los viandantes, que no deben olvidar que la joya no es el nuevo mobiliario urbano, sino su interior, siendo considerada esta Catedral como una de las más bonitas de la geografía española.
En su camino para conseguir incluir el templo en el expediente de las ciudades patrimoniales de Úbeda y Baeza, vendrán a Jaén expertos de la UNESCO que no sólo valorarán su infraestructura, necesitada del arreglo de los tejados y de una limpieza general de sus fachadas, contaminadas de un tráfico que se verá reducido en breve.
Los expertos verán su entorno, y el de la Catedral de Jaén será muy diferente.
