Las murallas de San Carlos dan sombra a la ?escuela-mundo?

Publicado: 16/03/2010
El C.E.I.P. José Celestino Mutis apuesta por la interculturalidad y la convivencia
En la calle República de El Salvador, entre las murallas de San Carlos y la plaza de España, se sitúa el colegio José Celestino Mutis. Uno de los más pequeños de la ciudad tanto en dimensiones como en número de alumnos, pero a la cabeza en cuanto a la aplicación de programas dirigidos a la convivencia y la tolerancia racial.
Hace apenas unos años la continuidad del centro estaba en el aire debido a la falta de solicitudes para cubrir sus plazas, pero la apuesta por una enseñanza pública basada en la superación de las barreras físicas y culturales le ha permitido no sólo subsistir, sino ganarse un importante hueco en el mapa educativo gaditano.
Actualmente el colegio acoge a unos 150 alumnos, con una única línea que va desde Infantil de 3 años a 6º de Primaria. La falta de solicitudes para ocupar plaza en el primer curso de Infantil como primera opción es una constante que se repite año tras año, aunque “en la segunda vuelta se ocupan todas las plazas con los alumnos que no han entrado en centros cercanos como Carmelitas o San Felipe”. Así lo explica el director del centro, Antonio Maura, que encabeza un grupo de 16 profesores. Un equipo pequeño, pero “muy participativo”, al que se suma a tiempo parcial un monitor de Educación Especial.
La mayoría de familias que solicitan una plaza en el centro viven en las zonas más cercanas, aunque también hay algunos padres que trabajan en las edificios de la administración pública cercanos al colegio (Diputación, Junta de Andalucía y Autoridad Portuaria) que optan por el Celestino Mutis para poder dejar a los pequeños antes de entrar a trabajar y recogerlos a la salida, ya que el centro oferta el Plan de Familia. En el mismo se incluyen el aula matinal, que abre a partir de las siete y media de la mañana; el comedor escolar; y las actividades extraescolares.
No obstante, hay un grupo de familias que hay que destacar en el centro, y es el de las inmigrantes. El Celestino Mutis cuenta con “entre un 15 y un 20 por ciento de alumnos extranjeros”. La mayoría son marroquíes, aunque también los hay de origen chino, cubano, inglés, haitiano, portugués, francés y colombiano. “En algún año hemos llegado a tener niños de once nacionalidades diferentes”, cuenta Maura.
No es casualidad que gran parte de la población extranjera de la ciudad elija este colegio para educar a sus hijos, ya que es el único de Infantil y Primaria de Cádiz que se integra dentro del proyecto de “Mediación Social Intercultural desde la perspectiva de la convivencia en los centros escolares de Andalucía”.
El colegio tiene un convenio con el colectivo de acogida de inmigrantes Ceaín para la prevención del absentismo escolar entre el alumnado inmigrante. Además, realiza otras actividades dentro del mismo ámbito, como la organización de unas jornadas de Interculturalidad dirigidas a todos los alumnos del centro. También las familias tienen la posibilidad de participar en mesas redondas y actividades lúdicas, entre la que destaca la “merienda intercultural”, donde se comparte “lo mejor de cada casa”.
A este colectivo de alumnos van destinadas también algunas de las actividades extraescolares, como las clases de refuerzo del español para inmigrantes, los talleres de mantenimiento de la cultura de origen, o las clases de árabe.
Esta especial oferta ha provocado un “efecto llamada” entre la población extranjera de toda la ciudad, no sólo la de la zona de influencia del colegio. Un mapa a la entrada del colegio, donde se señalan los puntos de origen de los alumnos, certifica que se trata de una “escuela-mundo”, como la define su director.

Bilingüismo
Por otro lado, el equipo directivo del centro tiene muy avanzadas las negociaciones con la Consejería de Educación para convertirse en el primer centro de Infantil y Primaria del casco histórico que adquiere la condición de bilingüe. “Nos han dicho que nos contestarán antes de junio y que tenemos muchas posibilidades, al ser el único colegio del casco antiguo cuyos alumnos cursan la Secundaria en el IES Cornelio Balbo -que ya es bilingüe- que lo ha solicitado”. El segundo idioma de enseñanza sería el inglés.
Además, el colegio está asociado a un programa impulsado y financiado por la Unión Europea con el que se intenta crear en los niños el hábito de comer fruta. Una iniciativa que se desarrolla fuera del horario de comedor, con el objetivo de que se beneficien de ella todos los alumnos, y no sólo los 50 que este año aprovechan este servicio.
Otra iniciativa que está desarrollando el equipo educativo del Celestino Mutis, es la que denominan “Rutas por Cádiz”. Con la misma tratan de que sus alumnos conozcan la ciudad a través de toda una serie de materiales elaborados por ellos mismos y siempre orientados al juego.
En cuanto a las actividades extraescolares, el deporte es el rey. “Los problemas que tenemos de espacio impedían que antes los niños pudiesen formar equipos, y sobre todo participaban en el grupo de percusión, pero ahora tenemos un convenio con el Náutico y se realizan allí los entrenamientos. Tenemos equipos de fútbol o bádminton, que hace poco tiempo era algo impensable”. También los alumnos de 5º y 6º de Primaria utilizan estas instalaciones para sus clases de Educación Física. Otras actividades extraescolares, más orientadas al alumnado de Infantil, son el taller de dramatización, de baile, la ludoteca y el pre-deporte.
Buena parte de la culpa del repunte de este colegio la tiene una nueva generación de padres que se ha integrado en el AMPA “con muchas ganas. Ahora, por ejemplo, están buscando sitios amplios para poder celebrar las fiestas del colegio”, explica Antonio Maura, director de un colegio pequeño pero con encanto.

Se estudia un nuevo patio en la azotea
Los principales problemas en el José Celestino Mutis vienen derivados de las condiciones del edificio. Se trata de un inmueble antiguo y con unas dimensiones bastante reducidas, de hecho, “el recreo hay que hacerlo en dos tandas porque no caben en el patio todos los niños”. Así las cosas, la Junta de Andalucía está contemplando la posibilidad de habilitar la azotea del inmueble como patio, al igual que en su día se hizo en el colegio Carlos III. Esa es una de las mejoras solicitadas para un edificio que, literalmente, empieza a hacer aguas, ya que las lluvias torrenciales de este año han provocado la aparición de algunas goteras, que, no obstante, ya se han tapado. Antonio Maura, el director, es consciente de los inconvenientes de tener un edificio algo anticuado, pero también destaca la amplitud de las clases, así como su luminosidad y sus buenas condiciones de sonoridad, “mejores que las de otros colegios que se están construyendo nuevos ahora”.

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