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Martes 16/04/2024  

El cementerio de los ingleses

La paz

Hace unos meses celebrábamos el final de un conflicto que las trabajadoras de ayuda a domicilio del Ayuntamiento de San Fernando tenían con la adjudicataria

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Cuando se firma la paz entre dos partes enfrentadas, se supone que ambas cesarán las hostilidades. Sin embargo, no es extraño que alguna de las partes quebrante esa tregua a fin de tomar una inesperada ventaja o tratar de amedrentar a la otra de cara a continuar el conflicto en cuestión. No es leal, no es honorable y degradará la reputación de cualquiera más aun que las injurias, calumnias o amenazas que se intente atribuir al adversario.

Hace unos meses celebrábamos el final de un conflicto que las trabajadoras de ayuda a domicilio del Ayuntamiento de San Fernando tenían con la empresa adjudicataria del servicio. Se optaba por la remunicipalización del servicio en un plazo concreto (creo que expiraba en abril, si no me equivoco). Los últimos coletazos de la disputa tuvieron lugar cuando se degradó a dos coordinadoras y, ante las protestas de la plantilla en la puerta de la empresa, fueron grabadas por la socia de la empresa que se había desplazado a La Isla a "mejorar las condiciones" de la plantilla. De modo que, con la mediación del Consistorio isleño, se produjo una reunión donde se alcanzó un acuerdo de paz social. Las partes rebajarían el tono en su comunicación social para no dañarse la una a la otra mientras el proceso de absorción del servicio por parte de Esisa seguía su curso. Es decir, trabajadoras y empresa firmaban un pacto de no agresión hasta que todo acabase y la empresa cruzara el Puente Zuazo con la música a otra parte.

La plantilla ha cumplido su parte. Yo sigo a algunas de las trabajadoras, entre ellas a la presidenta del comité de empresa, en redes sociales. Sus publicaciones han sido de celebración, de apoyo mutuo y personales, por supuesto. Sin embargo, la empresa no ha cumplido: ni ha restituido a las coordinadoras degradadas (mantiene sus nóminas pero no su categoría profesional ni sus funciones), ni ha retirado una denuncia interpuesta contra Mariola Quesada por presuntas injurias, calumnias y amenazas. Denuncia que, según comenta la señora Quesada, se interpuso tres días antes de que se comunicase a la plantilla de ayuda a domicilio, mis queridas pitufinas, que se municipalizaba el servicio. Se pretende imputar esos cargos por llamarles "piratas", por decir que "sacan beneficios de los costillares de sus trabajadores" y por decir que hablaría con otros comités de empresa (supuestamente, esa es la amenaza). Es decir, por usar una expresión coloquial para referirse a quien llevaba tiempo incumpliendo las condiciones del pliego de adjudicación para con las trabajadoras; por decir una obviedad (toda empresa saca beneficio del resultado del trabajo de sus trabajadores); y, si hablar con otros comités de empresa lo consideran una amenaza, la empresa tiene la piel de papel de fumar.

Sobre la veracidad o pertinencia de las palabras de Quesada, lo dejo a la opinión de ustedes. Teniendo en cuenta que no estaban abonando la subida de sueldo que aparecía en el pliego, que no estaban suministrando uniformes y había discrepancias en el pago de las horas de formación, me inclino a pensar que no hay motivo alguno para condenar dichas palabras y expresiones. No obstante, tampoco soy jurista para dar un veredicto. Sea como fuere, lo que sí se ha incumplido es ese pacto de no agresión, toda vez que esta denuncia no deja de ser eso: una agresión y una represalia contra la
presidenta del comité de empresa por defender los derechos de sus compañeras. Para entendernos, a quien se creía dueño del cortijo siendo sólo el guardés no le ha gustado la lucha de sus jornaleras.

En fin, que a falta de saber cuándo será el acto de conciliación (el del pasado día 24 se aplazó por huelga en los juzgados), lo suyo sería que esa empresa de cuyo nombre no quiero acordarme (no sea que la tomen conmigo también siendo mero opinador) retirase la denuncia y tuviéramos la fiesta en paz. Ese es el espíritu del acuerdo que se firmó en aquella reunión. No parece que rebajar el tono sea llevar al adversario ante un juez. Todo lo demás son incumplimientos claros. Sea como sea, que todo siga su curso con la máxima calma. Y tanta paz lleven como dejan.

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