Una vez más, las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio velan armas para defender lo suyo. Parece ser que han aparecido unos pliegos que se pensaban sacar el año pasado, donde desaparecían los incumplimientos que denunciaron con su vigilia a las puertas del Ayuntamiento, la plantilla perdía derechos y, en consecuencia, salía beneficiada la empresa adjudicataria. Las pitufinas, una vez más, soliviantadas al darse de bruces con esta sorpresa de última hora y preguntando en el Pleno Municipal qué pliegos se habían enviado a Contratación para la licitación mientras se culmina su proceso de remunicipalización.
Tras una pandemia en la que tuvieron que trabajar sin que se les dieran EPI's adecuados ni mascarillas FFP2 (con la única excepción de que hubiera algún contagio en el domicilio en el que estuvieran trabajando), que costearon de su bolsillo; tras haber vivido situaciones que todos ustedes conocen porque han sido públicas y notorias, tanto por la cobertura de algunos medios de la zona como por las denuncias de las propias trabajadoras; tras las represalias tomadas por la empresa y la denuncia a Mariola Quesada, la cara visible de la plantilla por presuntas injurias y calumnias... tras todo esto, sumando un pacto para rebajar el tono dialéctico donde tuvieron que tragar algún que otro sapo, esas trabajadoras que (nadie se olvide) aportan dignidad al día a día de mayores y dependientes se encuentran con otra razón para sentirse dolidas y humilladas. Otra más.
Tras preguntar en el Pleno, como se ha dicho anteriormente, qué pliegos se habían mandado a Contratación, se les ha dicho que no eran esos que motivaron la indignación de la plantilla hasta el punto de hacer necesario un receso en el Pleno del Ayuntamiento. Queda pendiente una reunión, eso les han dicho, prevista para esta semana con sólo tres días laborables y en las que ellas tienen que pedir las horas para reunirse con 48 horas de antelación. El Vía Crucis de las trabajadoras parece que va a llegar más allá del Domingo de Resurrección (ojalá me equivoque). No han de tardar en volver las camisetas turquesas a la puerta del Consistorio, así lo afirma Mariola Quesada si antes del 15 de abril no se vislumbra solución. El Gobierno municipal parece olvidar que hay elecciones en mayo. ¿Se puede ser más torpe?
No sé a ustedes, pero a mí todo esto me parece un esperpento aún mayor que la moción de Tamames (y eso que el listón estaba muy alto). Un conflicto que ya estaba solucionado, a falta de que los distintos trámites se completen y el servicio pase a ser municipal como siempre debió ser, vuelve a complicarse por unos pliegos que aparecen ahora y que tensan una soga que ya estaba templada. Por supuesto, por el lado que creen más débil. ¿Ya se han olvidado de los sesenta y nueve días del verano pasado? ¿No saben ya que esta plantilla está unida y sabe luchar? Con todos los frentes abiertos durante la legislatura, ¿tenían que reabrir este en lugar de cerrar los que quedan?
Sinceramente, deseo que todo esto se solucione y que todo no haya sido más que un malentendido, un uso torticero de un pliego desechado por parte de quien tenga interés en usarlo o alguna de esas situaciones que, a veces, ocurren. No por el Gobierno municipal, no por el propio Ayuntamiento, sino por una plantilla que ya tendría que estar esperando pacientemente su pase a la empresa municipal y el fin de tanto jaleo con una y otra empresa. Una plantilla que ya está harta (y con razón) de dejarse el alma y recibir la punta del pie. Una plantilla que no hace huelga, sino vigilia, porque la profesionalidad y el corazón les impiden abandonar a esos usuarios que las necesitan. Ojalá llegue esa dignidad profesional y el reconocimiento que merecen. Para mí que ya va siendo hora.