Este miércoles, un mes después de su entrada en prisión por el presunto asesinato de Edwin Arrieta,
Daniel Sancho recibía por fin la visita de su padre en la cárcel de Koh Samui. Tres días después de su llegada a Tailandia, y acompañado por sus abogados,
Rodolfo Sancho se reencontraba con su hijo.
Un momento durísimo tras el que el actor, nervioso y enfadado, rompía su silencio ante las cámaras para dejar claro que "
no estoy llorando por los suelos, ese no soy yo". "Hay dos formas de tomarse las cosas cuando vienen en la vida. Te lo puedes tomar como una desgracia o como un reto, lo he dicho siempre. Creo que con eso he dicho suficiente. No van a conseguir lágrimas de mí" aseguraba, aprovechando para pedir a los medios de comunicación españoles que están cubriendo el caso en Tailandia que se vayan de allí.
Unas declaraciones que llamaron la atención por su frialdad y que le convirtieron en
trendic topic, desatando fuertes críticas por la "soberbia" y la "prepotencia" que el protagonista de 'Isabel' mostró tras su primera visita en prisión a Daniel.
Consciente de que sus palabras fueron desafortunadas y que se ha malinterpretado lo que quería transmitir, Rodolfo ha vuelto a hablar ante las cámaras este jueves a su llegada a la cárcel para ver por segunda vez a su hijo.
Tranquilo, pero afectado por la polémica que han desatado sus declaraciones, el artista se ha disculpado, reconociendo que se ha equivocado al ponerse una 'coraza' de frialdad para mostrarse fuerte públicamente en estos durísimos momentos: "
Como os imagináis ayer salí de un momento complicado ahí dentro" -en referencia a su reencuentro en prisión con Daniel- "
La imagen que di fue quizás muy dura, quizás prepotente" ha reconocido, explicando que aunque "
siempre he tenido una sonrisa con la prensa", su actitud de hace 24 horas se trata de "
un mecanismo que uso para sentirme firme, para sentirme fuerte y para ayudar a mi hijo".
En principio, y como ha confirmado su abogado Marcos García Montes, será el sábado cuando Rodolfo abandone Tailadia tras seis días en el país en los que, además de reencontrarse con Daniel, se ha reunido con personal de la Embajada y con sus abogados, intentando recabar testimonios para elaborar una estrategia de defensa que logre evitar la pena de muerte para el joven.