España, vigente campeona del Mundo, y Estados Unidos, primera potencia mundial del deporte de la canasta, no dirimirán el título en el Mundial de Turquía en un mano a mano, sino que deberán contar con la oposición de selecciones como Argentina, Turquía, Serbia o Grecia.
La selección USA pese a no contar con sus primeros espadas, léase Kobe Bryant, LeBron James o Dwyane Wade por citar a algunos, es la principal favorita para ganar la medalla de oro en Turquía, mientras que equipos como España, pese a ser la vigente campeona, Argentina, Turquía, Serbia o Grecia parecen estar en un escalón inferior.
Esto, sin embargo, lejos de ser una sentencia es prueba de que las distancias en baloncesto se han reducido, sobre todo si los estadounidenses no se toman en serio su participación en una competición que no todos consideran demasiado importante.
España tampoco contará con Pau Gasol y a última hora ha sido baja José Manuel Calderón por lesión, pero sigue manteniendo el bloque campeón del Mundo y de Europa y subcampeón olímpico, una pequeña garantía.
Turquía organiza la fiesta y quiere hacer historia. Por eso la baja de Mehmet Okur les duele tanto. El seleccionador Bogdan Tanjevic, tras superar un cáncer de colón, ha vuelto al baloncesto el pasado 1 de agosto y no quiere fallar.
Hedo Turkoglu, tras una temporada para olvidar en la NBA (Phoenix Suns), tiene la misión de liderar al equipo otomano junto a Ersan Ilyasova, que ha cumplido una gran campaña en los Milwaukee Bucks tras salir del Barcelona. Omer Asik, fichado por los Chicago Bulls, y Semih Erden, que jugará en los Boston Celtics la próxima campaña, serán la pareja de pívot y los encargados de cerrar el aro local al resto de las selecciones.
Argentina ha echado el resto y salvo con Manu Ginóbili, jugador franquicia de los San Antonio Spurs que acaba de ser padre de mellizos y quiere estar con los suyos este verano y con Nocioni, baja de última hora, cuenta con todos.
Luis Scola (Houston Rockets), Fabricio Oberto (Washington Wizars) y Carlos Delfino (Milwaukee Bucks), aportan calidad y experiencia a raudales. Si sumamos a los ACB Pablo Prigioni, Paolo Quinteros y Hernán Jasen, el resultado puede ser de equipo campeón.
Serbia sorprendió en el pasado Campeonato de Europa con una nueva generación de genios a las órdenes de Dusan Ivkovic alcanzando la medalla de plata. Ahora con un año más de experiencia, con las mismas ganas y con una calidad fuera de toda duda, volverán a entrar en el paquete de favoritos. Eso sí, ya no cuentan con el factor sorpresa.
Grecia tiene jugadores, talento y experiencia para luchar por todo, pero primero tiene que superar a su gran rival: ella misma. Ausente Theodoros Papaloukas, la lucha por el liderazgo del equipo puede debilitar a un plantel que tiene de casi todo en cantidad.
La vuelta del escolta del Panathinaikos Dimitris Diamantidis y de su compañero de equipo el ala-pívot Kostas Tsartsaris aumentan el valor de una selección que tiene en Vassilis Spanoulis e Ioannis Bourousis a unos pilares firmes, junto a Sofoklis Schortsanitis, el orondo pívot que siempre responde en la selección.
Quien también podría haber estado en la relación de aspirantes es Rusia, pero las ausencias de AK-47, Andrei Kirilenko, y de los nacionalizados J.R. Holden y Kelly McCarty son demasiado importantes.
Cuatro grupos de seis en la fase preliminar, con cinco jornadas que servirán para ordenar a los equipos, será el aperitivo de unos octavos de final ya decisivos. La suerte, no tener un día malo, o superar esos pequeños infortunios que se dan en todo campeonato de este tipo, tan largo y tan corto a la vez, serán una de las claves.
Nocioni, adiós al mundial
Sin poder contener las lágrimas y con los ojos enrojecidos, el alero argentino Andrés Nocionio anunció que no disputará el Mundial debido a que su nuevo club, los Philadelphia 76ers, le han obligado a retirarse para no agravar sus problemas físicos.
Nocioni, uno de los jugadores esenciales en el esquema del seleccionador Sergio Hernández, arrastraba una lesión desde hacía semanas.
El médico de Argentina que ha llevado su caso, Diego Grippo, explicó en rueda de prensa que se trata de un importante esguince de tobillo de nivel 2 y un pequeño edema óseo en el astrágalo, algo que, según dijo, hubiesen impedido jugar a cualquier otra persona. Sin embargo, el potente alero había trabajado la recuperación con una intensidad "impresionante" y "emocionante", aseguró el técnico Hernández.