La hipotética creación de la Superliga europea, que trata de promover A22 Sports Management, podría hacer peligrar los más de 194.000 empleos que genera el fútbol profesional español a través de LALIGA, según se desprende de los datos del informe 'Impacto socioeconómico del fútbol profesional en España' elaborado por KPMG.
De esa cifra, 66.541 aproximadamente, un 34% de ellos, serían empleos directos, mientras que otro 34%, más de 65.400 empleos serían indirectos, y otro 32%, unos 62.350 empleos, serían inducidos. El proyecto de la Superliga, que amenaza el ecosistema europeo y que actualmente cuenta con el rechazo de todo el espectro futbolístico europeo, también se convierte en un riesgo para la economía española.
En términos macroeconómicos, el fútbol profesional español durante la temporada 2021-2022 consiguió generar unos 18.350 millones de euros, lo que equivale a un 1,44% del PIB de España, una cifra que podría hacer tambalear las cuentas estatales si llegase a prosperar esta nueva competición que solamente apoyan Real Madrid y FC Barcelona.
Este mismo informe también revela que el fútbol profesional en España pagó a las arcas públicas en la temporada 2021-2022 la cantidad de 8.390 millones de euros por diversos impuestos como el IVA, Impuesto de Sociedades o contribución a la Seguridad Social, entre otros.
En este sentido, los clubes de LALIGA verían mermados de manera significativa sus ingresos si la Superliga superase todos los procedimientos judiciales y viese finalmente la luz. En números, los clubes podrían perder un 55% de sus ingresos, al mismo tiempo que, por ejemplo, Real Madrid o FC Barcelona incrementarían su capacidad comercial y por tanto ingresos hasta llegar a una cifra que rondaría los 400 millones de euros.
La situación derivada de la sentencia del TJUE y la nueva propuesta de la Superliga ha suscitado críticas desde el mundo del fútbol, donde, por ejemplo, la asociación de ligas de fútbol europeas, la European Leagues, afirmó en un comunicado que “las ligas creen en los principios fundamentales de apertura y clasificación para las competiciones internacionales de clubes a través de los resultados anuales de las competiciones nacionales”, añadiendo que las competiciones nacionales realizan una “inestimable contribución a las comunidades locales y a la solidaridad en toda la pirámide del fútbol”.
Este aspecto que también ha apoyado LALIGA en España recalcaba que, una vez más, la “nueva” Superliga “es una competición muy similar y más cerrada a la ya rechazada por el fútbol europeo en 2019”.
Las criticas también han arreciado desde el ámbito político. Una de las de las más destacadas ha sido la de Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea, que declaró que “el principio básico de Europa es la solidaridad. Nuestro apoyo constante a un modelo deportivo europeo basado en valores no es negociable. El fútbol europeo seguirá siendo siempre un vector de inclusión y cohesión. Para todos. No sólo para las élites”.
Además, LALIGA se ha unido en los últimos días a las críticas realizadas por la UEFA por la manera en la que el TJUE anunció la sentencia de la Superliga el pasado jueves. En este contexto, la patronal del fútbol español ha pedido al alto tribunal europeo que “revise la exactitud” de la nota de prensa en la que se desgranaba lo más destacado del dictamen, puesto que a juicio de LALIGA se “expresaron unas conclusiones sobre la sentencia que no se corresponden con la realidad”.