El director del centro, Manuel Pegalajar, y la delegada de Educación, Angustias Rodríguez, presentaron ayer el trabajo, que será repartido entre las familias con hijos en el colegio. "Tenemos muchas familias que están atravesando problemas y arrancarles una sonrisa es difícil, pero con este almanaque lo hemos conseguido", decía el director.
El mes de enero lo anuncia una fotografía del entorno patrimonial del centro educativo, y en el reverso, aparecen los teléfonos de urgencias y de interés. Los niños de infantil del tres años figuran en el mes de febrero, donde conocen por qué hay que beber agua. Lo mismo ocurre con todos los meses del año de un calendario con el que escolares y familias aprenden sobre la conversión de medidas como el metro, el litro o la pulgada, además de la tabla de los principales alimentos, entre otras cuestiones.
La delegada de Educación explicó que "es un almanaque de los que hay que guardar, porque no es sólo para ser testigo del paso del tiempo, sino que cuenta con la exclusividad de armonizar el paisaje humano con el patrimonio privilegiado del colegio".
Angustias Rodríguez puntualizó que "nuestro modelo educativo es el de la familia y con este almanaque se fomenta". Entre tantas citas, Rodríguez incluyó una de Séneca: “las personas aprenden mientras enseñan”.
