Una pandilla juvenil atemoriza a San Telmo

Una pandilla integrada por menores de 14 años trae en jaque a los vecinos de San Telmo Nuevo y, especialmente, a los que residen en la plaza del Yunque. Los hechos se vienen produciendo desde finales del verano pasado y fueron denunciados ayer por Sebastián Peña, que además de presidente de la federación Solidaridad es vecino de la zona.

Peña admite que los menores tienen “amargados” a los vecinos de la plaza del Yunque, cansados ya de recibir “insultos de todo tipo” y sin posibilidad alguna de defenderse. A esos insultos se suman además agresiones físicas, ya que es frecuente que los menores arrojen huevos o naranjas al paso de las personas mayores. Especialmente grave es el caso de un establecimiento de la zona, que ha sufrido en varias ocasiones los ataques de estos jóvenes.

Los vecinos han tratado de arreglar el problema a través del diálogo, algo que no ha surtido ningún tipo de efecto. Es más, todo apunta a que los menores han logrado hacerse más fuertes en estas últimas semanas.
De hecho, es habitual que los jóvenes trasladen a la plaza mobiliario abandonado junto a los contenedores -principalmente sofás- para sentarse a la espera de que algún viandante se atreva a pasar junto a ellos.

La denuncia ha sido trasladada a la delegada municipal de Medio Rural, Seguridad y Movilidad, María del Carmen Martínez, que hasta el momento no ha ofrecido ningún tipo de respuesta a los vecinos afectados.

Los denunciantes sí han tenido ocasión de entrevistarse personalmente con el comisario del Cuerpo Nacional de Policía. Sin embargo, Peña lamenta que los efectivos policiales apenas pasaran una vez por el barrio y sin al menos detenerse para comprobar la veracidad de los hechos denunciados.

El último hecho que pone de manifiesto el “descaro” con el que actúan estos adolescentes es que el pasado domingo accedieran al centro de barrio -que ha sufrido algunos de sus actos vandálicos- para ver un partido de fútbol que estaba siendo retransmitido por un canal de televisión. Los afectados confían en que las fuerzas de seguridad tomen cartas en el asunto antes de que algún vecino actúe por su cuenta.