Las obras de ampliación del comedor de la parroquia de San Roque han sido concluidas y sus más de 35 voluntarios han comenzado a ofrecer cenas calientes en las nuevas instalaciones, en una sola planta y con la cocina anexa.
La demanda de personas necesitadas sigue incrementando, a pesar de que con la apertura del albergue para temporeros esperan que descienda el número de personas atendidas. “Esperamos que sólo acudan quienes no tengan papeles y los ciudadanos nacionales necesitados”, asegura el párroco, Juan Herrera.
El viernes atendieron a 131 personas, el sábado a 128 y anoche a casi un centenar.