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Alfonso Morales hace vibrar el Coso de La Alameda en la novillada previa a San Lucas

Manuel Cruz “Morenito de Jaén” volvía a hacer el paseíllo en el Coso de La Alameda cuatro décadas después de tomar la alternativa en su ruedo

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El novillero Alfonso Morales en la faena de muleta

Puerta Grande en el Coso de La Alameda de Jaén

Como antaño, en la Iglesia de San Bartolomé una vela prendía a los pies del Cristo de la Expiración minutos de antes de volver a hacer el paseíllo en el Coso de La Alameda Manuel Cruz “Morenito de Jaén”. Cuatro décadas después de tomar la alternativa en su ruedo, el popular torero jiennense volvía a tomar la muleta por un día y lo hacía en este festejo programado a las puertas de la feria de San Lucas. Una novillada en clase magistral del hierro de Herederos de Flores Albarrán. La centenaria ganadería iliturgitana desembarcó en Jaén una novillada muy seria en su conjunto, honda en hechuras y con mucha importancia para un compromiso así.

El veterano Manuel Cruz “Morenito de Jaén” volvió a ser el de siempre: espectacular y arrollador. No se dejó nada atrás en su intento por volver a dar la cara ante la afición que siempre lo arropó. Se fue a los medios para recibirlo directamente allí de salida con el capote. Tomó las banderillas y como en sus mejores tiempos, clavó en la cara, puso el tercero al quiebro e hizo un alarde de facultades corriendo atrás. Con la muleta tiró de raza, calentó a los tendidos por manoletinas y de últimas no dudó en torear de rodillas, exponiendo mucho.  Tras dos pinchazos cobró una estocada y fue premiado con las dos orejas en esta actuación especial – vestido de corto- en la que volvió a hacer el paseíllo en la plaza de Jaén.

Recibió por caleserinas al segundo el novillero algecireño “El Gali”, alumno de la escuela de Málaga. Novillero con oficio, cuajado, con capacidad y recursos. Destacó toreando con la derecha desmayando el muletazo dejando entrever un toreo con su pizca de artista. No anduvo acertado con la espada, se atascó y tras recibir dos avisos fue silenciado. Pero su interesante toreo, ahí quedó.

Había interés por ver a Manuel Quintana. Novillero cordobés que se está forjando en la escuela de Jaén. No defraudó. Tiene un corte sensacional y con el verónica lancea con mucho gusto y empaque. Compone muy bien la figura toreando y su actuación fue muy destacada, aunque en la suerte suprema precisamente la suerte no estuviera con él. Recibió silencio tras aviso.

Alboroto gordo el que formó el jiennense Alfonso Morales ante un novillo que era un torito. Exigiente, geniudo y arrollando en la embestida. En el tercer muletazo se llevó por delante a Alfonso Morales y el jiennnense lejos de venirse abajo salió del envite sonriendo. Tras ello todo fue a más en una faena vibrante con un toreo poderoso bajo los compases del pasodoble “Alameda Coso” del maestro Sapena felizmente incorporado al repertorio de la Sociedad Filarmónica de Jaén. Emoción en los tendidos en una faena muy importante del torero de la capital que tras un estoconazo fue premiado con dos orejas de muchísimo peso.

En el que hacía quinto, el gaditano de la escuela “La Gallosina” de El Puerto de Santa María Álvaro Hernández se topó con el novillo más deslucido, berreón constante. Le echó mano en varias ocasiones, pero siempre con disposición volvía a la cara del novillo. Tras una estocada en el sitio, recibió un trofeo que le supo a gloria.

Y cerraba el festejo el valenciano Israel Guirao. Gustó mucho este novillero por sus finas maneras, destacando en los muletazos por ambos pitones. Magnífica impresión la de Guirao, que paseó las dos orejas del novillo “Jarocho-Nº29”.

Entretenido festejo que presenciaron más de ocho mil espectadores a las puertas de la feria de San Lucas. Un dato a tener muy en cuenta.

 

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