Las Fuerzas de Autodefensa japonesas y el Ejército estadounidense iniciaron este miércoles un ejercicio conjunto en todo Japón para aumentar la interoperabilidad en medio de la intensificación de las actividades militares chinas en el Indopacífico.
Dentro de estas maniobras, el ejercicio conocido como Keen Sword y que se llevará a cabo el 1 de noviembre involucrará a unos 33.000 japoneses y 12.000 estadounidenses, según el Ministerio de Defensa nipón, también a 250 aviones japoneses y unos 10 buques y 120 aviones estadounidenses.
"Tenemos un fuerte sentido de urgencia dado que no podemos descartar la posibilidad de que ocurra una situación grave similar a la de Ucrania en las cercanías de nuestro país. Necesitamos hacer todo lo posible para prevenir y disuadir que ocurra una situación así", dijo el general Yoshihide Yoshida, responsable de las Fuerzas de Autodefensa, en una rueda de prensa el martes.
Keen Sword, que se originó en 1986, será el ejercicio de entrenamiento de campo más grande del Ejército japonés para este año fiscal, que concluye en marzo, y en el que también participarán las fuerzas australianas y canadienses en algunos tramos.
El ejercicio incluye la operación de un sistema integrado de defensa aérea y de misiles, defensa de islas y operaciones interdominio que involucran espacio, ciberseguridad y ondas electromagnéticas, según el ministerio nipón y el ejército estadounidense.
Las dos partes también establecerán un centro médico conjunto en Okinawa (sur del archipiélago japonés) durante el ejercicio para practicar la gestión de instalaciones, el tratamiento y el traslado de pacientes.
Japón pretende así prepararse junto a su principal aliado militar, Estados Unidos, ante la complicada situación regional actual, con la creciente actividad militar de China en el estrecho de Taiwán, las violaciones de su espacio aéreo por parte de China y Rusia o la intensificación del conflicto en la península coreana.
