El hombre, de nacionalidad rumana y nacido en 1988, acusado de la muerte del sacristán alcalaíno Francisco Zúñiga el 26 de febrero de 2021, a las puertas de Consolación, ha admitido que lo atacó con un arma blanca en varias ocasiones. Además, el fiscal ha recordado que el detenido tiene antecedentes por otro ataque con arma blanca acaecido en Córdoba en 2019.
Así lo ha dicho en el inicio del juicio la Audiencia Provincial de Jaén, donde también han declarado testigos que lo han reconocido como el autor de varios ataques con arma blanca. La Defensa ha puesto el acento en las capacidades mentales del arrestado y ha señalado que estaba "enajenado".
La acción que ha descrito el acusado se ubica cronológicamente en torno entre las 20:00 y las 21:00 horas, posterior a los roces que mantuvo con el sacristán, quien le pidió de forma reiterada que se pusiera la mascarilla (debido a la pandemia) cuando pedía a las puertas del templo.
Cuando el fiscal le he preguntado por el motivo de los ataques, el detenido ha contestado: "Porque me echó de la iglesia". Igualmente, ha señalado que una de las puñaladas fue en la cabeza y, cuestionado por el número de cuchilladas, ha señalado que al menos fueron cinco y de forma seguida.
Los testigos han identifico al presunto autor de la muerte del capellán y han comentado que "no parecía nervioso" tras abandonar Consolación.