El terremoto que terminó con la destitución de Roberto Peragón la semana pasada y el culebrón que se produjo después por la petición del ex entrenador del Real Jaén de cobrar prima en caso de ascenso como así lo estipula su contrato ha marcado ya el duelo ante el Mancha Real. Y es que lo que pedía el entrenador madrileño desde una de sus cláusulas en el contrato le hace pensar aún que el equipo va a lograr abandonar la catacumbas del fútbol para subir un escalón. Cualquiera en su caso lo haría lo mismo después de haber sido incluso quemado el una lumbre de San Antón como si de un pelele se tratara y después de haber defendido la gestión de la propiedad, con la que se abrazaba tras la última rueda de prensa en La Victoria al cazar en la clasificación al Malagueño.
La situación que se ha gestado atañe y mucho al próximo partido contra el Mancha Real de un viejo conocido como Aybar. Pedro Velasco se sentará como primer entrenador el domingo en La Victoria, siendo el técnico de transición hasta que Manuel Herrero, el entrenador del ascenso a Segunda División sin ganar un solo partido, tome las riendas de forma definitiva. Un matiz a este respecto, porque habrá que darle también tiempo para que las sensaciones y los estímulos se den, pero es como si el club regresara al pasado mirando a ex entrenadores o ex jugadores para tratar de lograr salir del pozo de Tercera Federación.
Y es que entre medias de todo el galimatías que vuelve a ser el Real Jaén hay un partido que no es poca cosa. Con seis puntos de desventaja respecto al Malagueño, con el golaverage también en el alero, y con la necesidad de no deshilacharse sale el equipo blanco a competir con el segundo de Peragón para no ceder más distancia con respecto al líder y tratar de mantener los números como segundo que lo acerquen a la Copa del Rey. Aybar es experto en estas lides y no se lo va a poner nada fácil porque la derrota de la semana pasada cortó para los suyos una trayectoria que lo estaba acercando a la zona de play off. Ambicioso el Mancha Real, buscará pescar en el río revuelto que es La Victoria para seguir siendo uno de los aspirantes a estar en la pelea por el ascenso cuando termine la Liga. Eso lo hace mucho más que peligroso para la suerte de un Real Jaén que necesita levantarse después de dos derrotas consecutivas, la última de ellas sonrojante, y que tiene también una ansiedad que solo se quita con un triunfo para curar la herida que hay abierta. De momento, el nuevo proyecto se ha puesto en marcha sin Herrrero que no está aún dirigiendo al equipo por un matiz que hay que considerarlo de músculo económico, ese que hay que tener también para dar el salto de categoría esta temporada y asentarse después.
