Los esfuerzos acumulados se suelen pagar. Tanto como los malos arbitrajes que tendrían los ojos en el reloj antes de ver si se cruza delante del lanzador de un doble penalti algún jugador, con lo que habría que repetir el disparo. Será eso del contaje de los cuatro segundos que persiguió la semana pasada al Jaén Paraíso Interior y que en sus últimos partidos está ofreciendo una serie de situaciones para entender el fútbol sala y sus normas. Tanto cuando están a favor suya, como en contra, como es más habitual.
Y es que la derrota ante el líder de Primera División pudo ser hasta evitable en el partido en el que Dani Rodríguez celebraba también su renovación con los amarillos ,que comenzaron con una profundidad de banquillo más corta que Movistar Inter y q1ue le condicionó porque a los cinco minutos ya estaba por detrás en el marcador 0-2 después de los goles de Carlos Bartolomé y Drahovsky. La reacción local se fraguó en el incansable Alan Brandi, que hizo dos goles de los amarillos, pero insuficientes ante el empuje de los mardrileños que se con el 2-4 de Chaguinha, autor de dos tantos también, solo dejó minutos para que Jaén Paraíso Interior apostara por el juego de cinco y recortara Mati Rosa. Eso sí la jugada más controvertida del partido con el lanzamiento de10 metros pudo hasta igualar el partido si se hubiera repetido, pero es que era a favor de los locales y eso no luce en el estamento arbitral del fútbol sala, que parece que quiere expulsar de la aristocracia al club con la afición más numerosa en abonados de Europa.
