El Tribunal Supremo de Israel ha paralizado este viernes de forma temporal el cese por parte del Gobierno del jefe del Shin Bet, Ronen Bar, una medida que se mantendrá en vigor hasta que la corte revise todos los recursos presentados contra su destitución, que ha suscitado numerosas protestas durante los últimos días en todo el país.
La decisión judicial --que se podría alargar hasta el 8 de abril-- llega poco después de que cuatro partidos de la oposición presentaran una petición ante el Supremo para revocar el cese del jefe de la agencia de Inteligencia interior israelí, según informaciones recogidas por el diario 'The Times of Israel'.
Los partidos han argumentado que esta medida supone un "grave conflicto de intereses" para el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dado que Bar se encontraba al frente de las pesquisas en torno a los fallos de seguridad durante los ataques ejecutados el 7 de octubre de 2023 por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otros grupos palestinos. Recientemente, el Shin Bet había advertido de la "responsabilidad" de la cúpula política del país en los citados ataques.
Asimismo, está previsto que el Gobierno someta el domingo a votación la posibilidad de presentar una moción de censura contra la fiscal general, Gali Baharav-Miara, a la que acusan de actuar como "brazo de la oposición".
"La fiscal no duda en hacer uso de cualquier medio para echar por tierra la voluntad de los votantes", ha señalado el Gobierno en un documento redactado por el ministro de Justicia, Yariv Levin. La fiscal había dictaminado poco antes que el Gabinete israelí carece de fundamento legal para destituir a Bar.
REACCIONES
El líder de Los Demócratas, Yair Golan, ha aplaudido la decisión judicial, aunque sea temporal, y ha señalado que se trata de un "logro importante" para el país. "Las movilizaciones en masa han tenido su impacto. La lucha civil está dando sus frutos", ha subrayado.
En este sentido, ha indicado que Bar "ha demostrado tener coraje al hacer frente a un Gobierno peligroso y malo", al tiempo que ha aventurado que los manifestantes "seguirán adelante con la campaña a favor de la democracia israelí". "Vamos a luchar y ganaremos", ha añadido.
Mientras, el ministro de Comunicaciones del país, Shlomo Karchi, del gubernamental Likud, ha afirmado que el tribunal "carece de la autoridad necesaria para interferir en el cese de Bar". "No tiene el derecho de interferir en las decisiones del Gobierno", ha puntualizado.
Así, ha afirmado que Bar "acabará con su mandato el 10 de abril o incluso antes, y se nombrará a un nuevo jefe del Shin Bet". "Esto responde a la autoridad del Gobierno. Su orden está vacía", ha sostenido.
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional del país, Itamar Ben Gvir, ha exigido que se lleve a cabo una reforma judicial "inmediata" en respuesta al fallo del Supremo. "¡Reforma judicial ahora!", ha afirmado.
Sin embargo, el ministro del Interior, Moshe Arbel, se ha desmarcado de la postura mostrada por gran parte de los miembros del Gabinete y ha señalado que el Gobierno "respetará la decisión" de la corte. "El Gobierno encabezado por Netanyahu no va a violar la decisión judicial", ha dicho, en unos comentarios que contradicen los de otros ministros.
MANIFESTACIONES FRENTE A LA CASA DE NETANYAHU
Cientos de personas han vuelto a manifestarse este viernes por cuarto día consecutivo ante la residencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la ciudad de Jerusalén, donde han protestado por la reanudación de los bombardeos contra la Franja de Gaza y el cese de Bar.
Los manifestantes han mostrado su claro rechazo a la reanudación de los ataques contra el enclave palestino, donde han muerto más de 500 personas durante los últimos días, dado que supone el fin del acuerdo de alto el fuego que incluía la liberación de los rehenes. Además, han alertado de que 59 de los secuestrados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) durante los ataques del 7 de octubre, se enfrentan nuevamente a un futuro incierto.
Así, la multitud ha exigido la salida del poder de Netanyahu y ha recalcado que "la Historia la escribe el pueblo". Estas protestas han tenido lugar de forma paralela a otra concentración registrada a lo largo de la mañana frente a la sede del Gobierno para protestar contra la destitución de Bar.