El Gobierno ha conseguido que salga adelante su propuesta de que se imparta el catalán como Otra Lengua Nacional (OLN) para los alumnos de origen español en las Escuelas Europeas con la condición de cubrir el coste que esto pueda suponer, como ya ofreció España, según han informado fuentes comunitarias a Europa Press y ha confirmado después el Ministerio de Exteriores en un comunicado felicitándose por la decisión.
La decisión ha sido adoptada por la Junta de Gobernadores de las Escuelas Europeas reunidos en Chipre con la condición de que España "asuma el coste completo" de la implantación del plan para asegurar la "neutralidad presupuestaria" de la medida, han precisado las fuentes, que subrayan también que esta decisión "no marca un precedente" para otras lenguas que "requieran un estatus similar".
Desde el Ejecutivo comunitario subrayan también que el paso para la implantación del catalán en las Escuelas Europeas tampoco "prejuzga la posición de los Estados miembro", porque la decisión que se ha tomado sólo corresponde al órgano de gobierno de las escuelas y no a los Veintisiete, que son los competentes para decidir si emprender la reforma del reglamento de lenguas comunitario que reclama España para lograr el reconocimiento del catalán, euskera y gallego como oficiales en la UE.
Otras fuentes conocedoras de la discusión han confirmado a Europa Press que España se ha comprometido a pagar profesores y "cualquier coste adicional", tal y como han pedido expresamente desde la Comisión Europea, al tiempo que apuntan que sólo un Estado miembro se ha posicionado en contra y que varias delegaciones se han abstenido por dudas o falta de aclaraciones.
Aunque el Ministerio de Educación ya adelantó la disposición del Gobierno a hacerse cargo de todos los costes derivados, consultado de nuevo por Europa Press tras obtener este jueves el visto bueno de las Escuelas Europeas, el departamento que dirige Pilar Alegría señala que todavía no ofrece cifras porque el proyecto está en fase "preliminar".
CLASES EN CATALÁN, NO EN EUSKERA NI GALLEGO
La petición del Ejecutivo español, a la que tuvo acceso Europa Press cuando esta fue discutida por primera vez el pasado febrero, recoge que el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes "está dispuesto a cubrir los gastos que pueda implicar esta propuesta", aunque no ofrece cifras del alcance que tendría el proyecto, ni en número de alumnos ni a nivel presupuestario.
El plan promovido por el Gobierno se limita al catalán y no incluye las otras dos lenguas cooficiales, el euskera y el gallego, aunque el Ministerio aclaró en su día que no descartan dar más pasos en el futuro para ampliar la medida a estas.
Las Escuelas Europeas son centros educativos creados conjuntamente por los gobiernos de la Unión Europea con el fin de ofrecer una "educación multicultural y multilingüe", según la institución, que está destinada a escolarizar, de forma prioritaria, a los hijos de los funcionarios de las instituciones de la UE.
Las escuelas gozan de un estatuto jurídico como centro de enseñanza pública en los respectivos países en los que se encuentran. Ofrecen enseñanzas de Educación Infantil, Primaria y Secundaria a través de un currículo específico supervisado por el Consejo de Inspección de las Escuelas Europeas.
En su propuesta, el Gobierno equipara el catalán con otros idiomas nacionales al argumentar que se han establecido disposiciones específicas para la enseñanza de las Otras Lenguas Nacionales en el caso de alumnos cuyos países de origen tienen más de un idioma nacional reconocido en el sistema de las Escuelas Europeas, como ocurre con el maltés o el gaélico.
Con su reconocimiento como Otra Lengua Nacional (OLN), los alumnos de origen español podrán solicitar el catalán como Otra Lengua Nacional, independientemente de la sección lingüística en la que estén matriculados.
CATALÁN EN LA UE, COMPROMISO CON JUNTS
El reconocimiento del catalán como una lengua oficial de la Unión Europea es uno de los compromisos asumidos por el PSOE con Junts en el acuerdo de investidura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; pero este paso requiere una reforma del reglamento de lenguas comunitarias acordada por unanimidad por los Veintisiete, que choca con las reservas de varios países que temen el precedente.
Durante el semestre en que España ejerció la presidencia de turno del Consejo de la UE, el Gobierno aprovechó para incluir la oficialidad del catalán, euskera y gallego en el orden del día de varias reuniones de ministros de Asuntos Generales de la UE, y defendió la especificidad del caso español con tres lenguas regionales cooficiales, planteó una aplicación gradual (empezando por el catalán) y se ofreció a asumir los costes.
Los países más reticentes al cambio del reglamento reclaman antes de volver a abordar este asunto que se pongan sobre la mesa un análisis jurídico sobre la eventual inclusión de lenguas regionales, así como evaluaciones de impacto sobre su coste y su aplicación práctica, aunque por el momento la tarea no está asignada a ningún grupo de trabajo en el Consejo.
Entretanto, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha pedido a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, que se permita el uso del catalán, gallego y euskera en los plenos de la Eurocámara, siguiendo el ejemplo de otros acuerdos administrativos que España ya tiene con otras instituciones comunitarias como la Comisión Europea o el Comité de las Regiones de la UE. En este caso, un grupo de trabajo de la Mesa está analizando la petición por encargo de Metsola, aunque no hay un calendario establecido para concluir el proceso.